Mariano Rajoy se ha visto obligado a grabar un vídeo para explicar a los españoles "por qué es tan serio", en contraste con la poca formalidad que observa en los demás.
"Yo soy una persona seria porque a lo largo de mi vida he intentado hacer las cosas bien, qué quiere que le diga", dice el presidente como si eso fuera una característica exclusiva de su persona. Eso sí, reconoce con arrogancia que se ha "equivocado muchísimas veces, no soy tan listo como para no equivocarme", dice. Pero bastante menos que el resto de los humanos, le falta decir.
"Pero siempre he intentado cumplir en mi trabajo, hacer las cosas bien y, sobre todo, tratar a los demás como me gustaría que los demás me trataran a mí, cosa que no siempre he conseguido, dicho sea de paso". Tratar a los demás como le gustaría que le trataran a él. Eso es ser serio. Habría que preguntarse qué opinan sus víctimas políticas como María San Gil, José Antonio Ortega Lara, Ángel Acebes, Eduardo Zaplana o Jaime Mayor Oreja, por mencionar sólo a los amigos.
Para Rajoy "ser serio no significa no sonreír, no divertirse, no darse una vuelta o no hacer las cosas que le gustan hacer a prácticamente todo el mundo", dice. Pero él tiene sus mandamientos. "Ser serio significa cumplir en tu vida, cumplir con tu familia, respetarlos, quererlos, cuidar a tus amigos, no hacer a los demás lo que no quieres que te hagan a ti y, en el trabajo, hacer las cosas bien. Así nos iría mejor y, además, todos nos sentiríamos mejor también", sermonea. Por eso él es serio y los demás, sobre todo sus adversarios políticos, son unos payasos de circo.