Que Albert Rivera quiere debatir en la campaña electoral de diciembre está fuera de toda duda. De hecho, el líder de Ciudadanos es, de los cuatro principales candidatos a presidente de Gobierno, quien menos ha rehuido el cara a cara televisivo con sus rivales. Incluso Pablo Iglesias rechazó sentarse en el mismo sofá en un programa de televisión, aunque finalmente el líder de Podemos ha aceptado un cara a cara, ya grabado, que La Sexta emitirá el próximo domingo.
En la formación naranja están convencidos de dos cosas: que una democracia moderna que se inspire en ejemplos como el de Dinamarca o Finlandia no puede prescindir de debates televisados entre los principales candidatos y que su líder es quien más tiene que ganar en ese tipo de formato. Sobre lo primero conviene volver a citar la serie de cabecera de los dirigentes naranja, Borgen, en la que la líder del Partido Moderado cambia el sentido de la campaña que le llevará a ser primera ministra, precisamente tras una sorprendente intervención en un debate televisado. Lo segundo se explica por la fe ciega que en la cúpula de Ciudadanos se tiene en la dotes como comunicador de su líder, unido al hecho de que parece haberse estabilizado como el líder mejor valorado y el favorito de los corrillos, como se vio este lunes en la recepción en el Palacio Real con motivo de la Fiesta Nacional.
En Ciudadanos, por tanto, se trabaja a marchas forzadas para que Rivera confronte con Mariano Rajoy, Pedro Sánchez e Iglesias, bien en un debate a cuatro o bien, como el propio líder naranja ya ha sugerido en público, con una sucesión de cara a cara de los aspirantes con el defensor del inquilinato de La Moncloa.
En 2008 debatió desde la calle
Rivera conoce bien la importancia que puede tener un duelo televisado. Él mismo sufrió en carne propia la exclusión de un debate en la campaña de las generales de 2008. Tras muchas dudas, decidió encabezar la candidatura de su partido por Barcelona, tras rechazar UPyD por primera vez una coalición. Rosa Díez lograría su escaño por Madrid y Ciudadanos se quedaría fuera por la Ciudad Condal pese a que varias encuestas le otorgaban representación. En TV3 se celebró, algo habitual en la cadena pública catalana, un debate con los principales cabezas de lista en la comunidad, pero se excluyó a Rivera al seguir el criterio estricto de representación vigente en el Congreso de los Diputados. Rivera llevaba ya dos años en el Parlamento de Cataluña, pero no fue suficiente para acudir al debate. Ni corto ni perezoso, el entonces primerizo político se colocó en la calle, muy cerca del plató, con un televisor y fue dando réplica a los intervinientes, en una suerte de participación interactiva. El artefacto propagandístico comenzó cuando Rivera le espetó a través de la pantalla al moderador, el conocido periodista Josep Cuní: "Señor Cuní, se ha olvidado de presentar a un candidato". Y a partir de ahí fue 'debatiendo' con cada uno de los candidatos: Josep Antoni Duran Lleida (CIU), Carme Chacon (PSC), Dolors Nadal (PP), Joan Ridao (ERC) y Joan Herrera (ICV).
El equipo de comunicación de Ciudadanos, siempre abierto a la innovación, podría estar incluso tentado de repetir aquella experiencia. Pero esta vez, con una situación incomparablemente mejor, esperan no tener que recurrir a la audacia para poder confrontar ideas y programas con los principales líder políticos de España.