Este martes ha sido el día elegido por el Ayuntamiento de Madrid para celebrar el "Dia sin Coches" en el marco de la Semana de la Movilidad. Un título, este de la movilidad, que debería cambiar para denominarse de la inmovilidad. Porque es precisamente eso lo que ha conseguido el consistorio de Manuela Carmena con su idea de cortar al tráfico en el centro de la capital y en un día laborable.
Inmovilidad para todos aquellos que no han podido desplazarse en sus coches por calles tan importantes como la Gran Vía, inmovilidad para los que han intentado moverse utilizando el autobús y daños para todos los que tienen un comercio en las zonas afectadas porque han visto como se reducía el flujo habitual de gente a sus negocios.
Porque esta idea de restringir el tráfico para fomentar el transporte púbico es tanto como si, para fomentar hábitos de vida saludable, el Ayuntamiento decidiese clausurar los restaurantes de comida rápida de la capital. Una vez más, el gobierno municipal de Ahora Madrid ofrece una nueva muestra de su afán por regularlo todo y, en definitiva, de controlar la vida de la gente.
Cada ciudadano debe ser libre para decidir la forma en la que quiere desplazarse y las administraciones -en este caso el Ayuntamiento de Madrid- tendría que ocuparse únicamente de facilitar esos desplazamientos. Si lo que quieren es fomentar el uso del transporte público no hay nada como mejorarlo, hacerlo más cómodo, reducir sus tiempos de espera, aumentar las frecuencias de paso y ofrecerlo a un precio atractivo.
En este sentido cabe destacar la iniciativa de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, que entrará en vigor el próximo mes: reducir el importe del Abono Joven a 20 euros. Eso si es fomentar el uso del transporte público y no la política de gestos estériles a los que nos tiene acostumbrados el Ayuntamiento de Manuela Carmena.