Mariano Rajoy proclamó, tras el respaldo de Barack Obama y mandatarios europeos como Angela Merkel y David Cameron, que "la inmensa mayoría de los dirigentes de todo el mundo" defienden una Cataluña dentro de España. "Quiero una España fuerte y unida", parafraseó a su homólogo estadounidense, al que le agradeció su implicación ante el órdago secesionista de Artur Mas.
En los pasillos del Congreso, y sin responder a ninguna otra cuestión, el jefe del Gobierno dijo compartir "plenamente" el diagnóstico de Obama. Tras citar también a los líderes de Reino Unido y Alemania, Rajoy resumió que "quieren una España que se dé cuenta de los que hemos vivido". "Somos el país más antiguo de Europa", insistió, rodeado de informadores.
A su juicio, "no se puede coartar" a los catalanes de su condición "de españoles y europeos", y el Gobierno reiteró en voz de distintos ministros que, llegado el caso, se hará cumplir la ley. "Una España en la que nadie pierda derechos", remató el presidente.