A unos 20 kilómetros de Barcelona, en la localidad catalana de Rubí, Pablo Iglesias dio este miércoles su comienzo extraoficial a la campaña para las próximas elecciones catalanas del 27S. Recuperando su tono más mitinero e intentando bromear, el líder de Podemos comenzaba su discurso: "Yo leo mucho a Enric Juliana, que es un analista muy dotado, muy dotado intelectualmente", decía el líder de Podemos en tono burlón, para después bromear: "Últimamente hay que tener mucho cuidado con esto del sexo, que si Ana Rosa quiere ducharse en la ducha de uno, que si Elvira Lindo habla de no se qué polvo en la cocina y parece que a Lluis Llach también le interesa el sexo", afirmaba recordando las palabras que le dedicó el cantante y cabeza de lista de Juntos por el Sí —la candidatura de Artur Mas— en Gerona. Llach dijo que cree que Iglesias, tiene "obsesiones sexuales" con el presidente catalán. "Si quieren que le demos sexo a Artur Mas, le vamos a dar látigo en esta campaña", respondió Iglesias.
Subido al escenario del polideportivo Can Roses de Rubí, donde el líder de Podemos mostró su apoyo a Lluís Rabell, el cabeza de lista de Cataluña Sí se Puede, candidatura a la que pertenece Podemos, Pablo Iglesias continuó: "Leía un texto de Juliana en el que recomendaba algo razonable a propósito de las cartas de Artur Mas y Felipe González en el El País. Decía que hace falta menos sentimentalismo y mas ironía para hablar de Cataluña, y es verdad que cuando lees las cartas te das cuenta que sentido de la ironía tienen poco, pero te descojonas leyéndoles", afirmó Iglesias.
"Dice González que habla como un ciudadano más. Ahora va a resultar que los ciudadanos normales trabajan en consejos de administración", ironizaba Iglesias. "Artur Mas se presenta como un súbdito oprimido", continuó, "oprimido como acaban oprimidos los que tienen cuentas en Suiza o en Andorra. Ese es su sentido de la opresión". "Pero González y Mas son perros viejos y tienen una cosa en común: ninguno de los dos habla mal de Pujol", finalizó su crítica.
Tras ello, para evitar una vez más el debate del separatismo en Cataluña, Iglesias se mostró como el mesías de los que están "hartos de corrupción" y que quieren un cambio político. Para ello, defendió Iglesias, "Cataluña sí se Puede propone un rechazo popular unánime a la corrupción, venga de CDC o del PP".
Frente a eso, añadió, "proponemos el derecho a decidir" y a entablar "procesos constituyentes para garantizar los derechos sociales y los servicios públicos". En este sentido, aseguró que para conseguir todo esto "no hace falta hacer el ridículo" como a su juicio hizo el ministro de Defensa, Pedro Morenés.
Tras ello, se dedicó a repetir el repertorio base de Podemos en campaña: "Lo de la derecha y la izquierda no sirve, y os los dice alguien que es de izquierdas" o "hay que saber si se está con los de arriba o los de abajo".