Muchas comisarías de los Mossos d'Esquadra tienen un problema después de las operaciones policiales contra el tráfico de drogas, especialmente en las que el estupefaciente decomisado es marihuana. Y es que, pese a que algunas de estas instalaciones son de reciente construcción, no tienen ni en su interior ni en sus anexos un lugar específico para almacenarla hasta que llega la orden judicial de destruirla.
Esto está provocando que los agentes tengan que guardar la droga en el interior de las instalaciones y en sitios no específicamente creados para ello, lo que está resultando muy problemático en comisarías como la de Olot (Gerona), donde durante este verano se han decomisado más de 2.000 plantas de marihuana en varias operaciones policiales. Allí hay día a día "un olor insoportable", según ha denunciado la Unión Sindical de la Policía Autonómica Catalana (USPAC).
El "dolor de cabeza" y el "malestar general" son algo habitual en las comisarías donde se están dando estos problemas, hasta el punto de que el sindicato policial ha asegurado que muchos agentes "tienen la sensación de que están bajo los efectos de haber fumado algo ilegal", es decir, que estar tantas horas tan cerca de tantas plantas de marihuanas deficientemente almacenadas termina por colocarles durante su jornada laboral.
La USPAC ha solicitado a la consejería catalana de Interior que instale en el exterior de las comisarías unos contenedores cerrados donde se pueda almacenar la droga, que deberían tener las necesarias medidas de seguridad, de modo que se pueda evitar el "verdadero problema de salud" que hay actualmente en algunas de estas instalaciones y que la droga pueda guardarse también con la debida seguridad.