El presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, se ha mostrado a favor de que la Constitución española "pueda marcar diferencias por singularidades" de cada territorio, siempre que no se transformen en desigualdades, y que suponga más derechos o más deberes en relación con asuntos como la educación de los hijos o la salud de las familias" .
Fernández Vara ha realizado estas declaraciones tras el encuentro que ha mantenido durante casi dos horas en el Palacio de Ajuria Enea de Vitoria, con el lehendakari, Iñigo Urkullu, con el que han analizado diversas cuestiones económicas y sociales que afectan a ambas comunidades autónomas, así como el debate sobre la financiación territorial.
Según ha explicado, su posición es contraria a los sistemas fiscales propios, como el que cuenta el País Vasco, pero cree que casi 40 años después, es preciso reconocer que en la Constitución puede haber singularidades en la arquitectura institucional de España, ya que "no tiene sentido multiplicar todo por 17".
"A mí no me importa que la Constitución pueda marcar diferencias por singularidades, siempre que no se transformen en desigualdades, y que suponga más derechos o más deberes en relación con asuntos como la educación de los hijos, la salud de las familias, etc", ha explicado.
No obstante, ha reconocido que no ha hablado "en profundidad" con el lehendakari sobre su propuesta de nuevo estatus para Euskadi, pero sí ha puesto en valor el encuentro celebrado este sábado porque "favorece que ambos nos entendamos mejor" porque "hablando se entiende la gente".
Por ello, cree que este tipo de encuentros entre presidentes de comunidades autónomas deberían celebrarse mas a menudo, ya que ve necesario buscar "fórmulas de cooperación" entre las comunidades autónomas. "En este país se habla poco y se declara mucho", ha lamentado.
Además, ha criticado que en el Estado todavía existe una "verticalidad" de Madrid con los territorios, cuando debería haber una "cooperación horizontal" y cree que este encuentro muestra que la reunión entre ambas comunidades ha servido para hablar de lo que ocurre con sus ciudadanos y no con sus relaciones con el Estado.