La susceptibilidad separatista es absoluta. Cualquier circunstancia está relacionada con el proceso y forma parte de una conspiración del Estado contra Cataluña. El último ataque, la huelga en Renfe, cuatro días que incluyen la "Diada", el 11 de septiembre. Tanto da que los paros hayan sido convocados por el sindicato. La primera y única lectura en el separatismo es que se trata de una acción de Renfe para disuadir y entorpecer la afluencia de manifestantes a Barcelona.
En el digital de ERC "directe.cat" llegan a escribir al respecto párrafos como este: "Es la hora de derrocar a la compañía. En el enésimo y más importante de los esfuerzos de la ciudadanía de Cataluña para derrocar un régimen antidemocrático y todas sus estructuras de Estado -incluida Renfe-, la red ha llamado a boicotear a la compañía ese día si no se sientan en la mesa y retiran el 11 del listado de días de huelga previsto en el calendario de movilizaciones. El boicot pide que la gente tome el primer tren del día (ateniéndose a los servicios mínimos) y se suba sin pgar como símbolo de protesta".
Según el medio republicano que quiere derrocar a la Renfe, circula por internet el siguiente mensaje: "Renfe hará huelga el 11 de septiembre, reduciendo al 50% la frecuencia de paso. Te recomendamos que tomes el tren a las seis de la mañana y no pagues. Castiga a Renfe por querer boicotear la 'Diada Nacional' de Cataluña. Cuando vean que el primer tren del día está lleno y no han facturado, el Estado español reaccionará. ¡Pásalo, lo debe hacer toda Cataluña!".
El texto que predice una reacción fulminante del Estado por no hacer caja con los trenes del 11-S en Cataluña no lleva ninguna firma.