Lejos quedan ya los tiempos, aunque en realidad no ha pasado ni un lustro, en que UPyD reconocía a Luis Garicano como una personalidad relevante que inspiraba su política. En 2012 el diputado Carlos Martínez Gorriarán se deshacía en elogios durante la entrega de un premio de la Fundación del partido al profesor de la London School of Economics, galardonado junto a otras personas que ahora colaboran también con Ciudadanos, como los miembros del blog Hay Derecho. El mismo parlamentario magenta que a través de su cuenta de Twitter ataca ahora la propuesta educativa presentada este lunes en Madrid por Ciudadanos, integrada en el programa económico global que está coordinando Garicano.
Y como a Einstein nunca le contrató la empresa privada, a su universidad habría que reducirle la financiación, según @CiudadanosCs. Temblad!
— Carlos Mtz Gorriarán (@cmgorriaran) julio 27, 2015
También lo ha hecho Rosa Díez, que considera que las recetas de la formación naranja en la materia "encarecen la financiación universitaria y atacan la igualdad de oportunidades". El propio Garicano contestaba en los micrófonos de esRadio, donde ha asegurado que "si un grado es una fábrica de parados tiene que tener menos financiación".
La actuación de Díez y Gorriarán, formalmente meros diputados del partido pero con indudable peso específico e influencia por la repercusión de cada una de sus palabras, choca con la estrategia que trata de poner en pie Andrés Herzog, quien este mismo lunes anunciaba que se presentará a las primarias para ser el candidato en las generales. El abogado está inmerso desde el pasado 11 de julio en la difícil tarea de reflotar el partido tras la debacle electoral de las autonómicas y municipales, con Díez al mando y Gorriarán como uno de sus principales lugartenientes. De hecho Herzog presentaba la semana pasada una propuesta de unidad en Cataluña con el partido de Albert Rivera e Inés Arrimadas y el resto de fuerzas constitucionalistas, a las que ha remitido una carta. Una de las primeras veces que UPyD ha tomado al iniciativa en el debate político en los últimos meses, donde las actitudes a la defensiva han sido lo más habitual. Durante la presentación de la iniciativa, Herzog evitaba el cuerpo a cuerpo con la formación naranja y pedía superar diferencias ante la "excepcionalidad" de la amenaza secesionista en Cataluña. Aunque pasados varios días no hay respuesta a la misiva, fuentes de UPyD confían en que llegue y se pueda establecer algún tipo de diálogo.
Lo cierto es que la vieja guardia magenta, con los meses contados en el Congreso de los Diputados, parece querer morir políticamente agarrada al tarro de las esencias. El propio Martínez Gorriarán ilustra ahora su perfil de Twitter con una foto en la que aparece junto a varios de los fundadores de UPyD, entre ellos la propia Díez y Fernando Savater. No hace mucho que el filósofo donostiarra, auténtica referencia intelectual del partido, le aludía descarnadamente en una de sus tribunas en El País: "Hay responsables en UPyD a los que mientras estuvieran en activo se les debía prohibir el uso de twitter como a los conductores el alcohol".
Mientras, Herzog y la nueva dirección, con personas de tanta relevancia y tan queridas por la militancia como la eurodiputada Maite Pagazaurtundua y Gorka Maneiro, el único diputado magenta en el País Vasco, tratan de enderezar el rumbo de la nave en la mayor tormenta por la que ha transitado jamás. Y lo hacen evitando mirar atrás. Algo que ejemplifica un símil cinematográfico de la propia Pagazaurtundua el pasado 13 de julio, durante la primera rueda de prensa de la nueva dirección: "Lo que pasó en Las Vegas se queda en Las Vegas".