El ex consejero de la Junta de Andalucía, Ángel Ojeda Avilés, imputado por diversos presuntos delitos como apropiación de fondos públicos destinados a la formación de trabajadores y personas sin empleo es ahora investigado en Chile por las mismas prácticas. El periódico chileno El Mercurio, con el que ha colaborado Libertad Digital, informa de que logró obtener del gobierno chileno 9.115 millones de pesos -12.943.300 euros-y han sido detectadas irregularidades similares a las encontradas en España. En Chile, su fundación es una de las que más fondos para capacitación recibe del Estado pero también sus alumnos han denunciado graves irregularidades en el desarrollo de los cursos. Si se suma este dinero a los millones que Ojeda obtuvo en España se estarían superando ya los 60 millones de euros, 10.000 millones de pesetas.
El equipo de periodistas del diario chileno, conocido como "El polígrafo", ha tenido acceso a los informes de la Policía española y conoció que Ángel Ojeda Avilés podría haber desviado fondos a cuentas en Luxemburgo -donde existe un fuerte secreto bancario- y a Chile, adonde habría enviado 3,36 millones de euros -unos 2.365 millones de pesos- a través de Prevención de Riesgos, Seguridad y Calidad, SL. -Prescal-.
"El Polígrafo" siguió la pista de las inversiones de Ojeda Avilés en Chile, varias de las cuales incluso comparten dirección, representante legal y gerente financiero. Una de ellas, Fundación Cades, fue creada en 2012 y rápidamente se transformó en una de las OTEC -Organismos Técnicos de Capacitación- que más fondos del Servicio Nacional de Capacitación y Empleo chileno -Sence- se ha adjudicado para cursos de formación durante los últimos tres años: nada menos que 9.115 millones de pesos, esto es, casi 13 millones de euros.
Sin embargo, la fundación, expone El Mercurio, presenta graves deficiencias reconocidas incluso por su director. Entre ellas, que un número indeterminado de alumnos que terminaron los cursos no hayan recibido sus certificados por "problemas administrativos", falta de material básico para los talleres, mala calidad de los profesores e incluso la denuncia de la adulteración del sistema de control de asistencia a través de huella digital -que costó nada menos que 170.000 euros al estado chileno y que ya no se usa habiéndose vuelto al control manual.
El escándalo español era bien conocido por las empresas de formación chilenas, pero en el Servicio Nacional Sence han dicho no haber estado al tanto del caso hasta que El Mercurio comenzó la investigación. Su argumento es que sólo consideran materia propia lo que ocurre dentro de Chile y no en el extranjero.
Tras las dos detenciones de Ojeda, en 2014 y este mismo año, se han producido varios cambios en la administración y conformación de los directorios de sus inversiones en Chile, de las que se ha
ido retirando pero dejando a cargo a personas de su confianza como el actual gerente financiero de Prescal y de Fundación Cades, Federico Díaz Barby, que fue asimismo detenido por la Policía española y Adrián José Pascual Hernández, administrador y persona autorizada, interrogado en España. El pasado mes de diciembre José Miguel Ferrada, del estudio Poduje y Cía, dejó la representación legal de las inversiones de Ojeda. Hace un mes dejó su cargo Fadua Gajardo, gerenta general y directora de la Fundación Cades, que también figuraba en varias empresas de Ojeda.
Ahora, la nueva administración encargó una auditoría externa de su gestión y estudia una querella contra Gajardo por mal uso de fondos.
El origen de Ojeda en Chile
El 15 de noviembre de 2011 hubo en Santiago de Chile un encuentro comercial organizado por Extenda, agencia andaluza de promoción exterior, ente perteneciente a la administración "paralela" de la Junta de Andalucía. Entre los nueve participantes se encontraba Prescal, sociedad del ex consejero de Hacienda de la Junta de Andalucía y ex dirigente socialista, Ángel Ojeda Avilés. Un año antes, el mismo Ojeda había creado, a través de Prescal y su hija Patricia, Inversiones y Asesorías Prescal Chile Ltda., que más tarde pasaría a llamarse Inversiones y Asesorías Itálica Ltda.
En 2012 se creó la Fundación Centro de Capacitación y Desarrollo Social Chile -Fundación Cades Chile-, inscrita como organismo técnico en el registro especial del Sence el 29 de abril de 2013. Estaba dirigida por Fadua Gajardo, Ángel Ojeda y su hija María Vanessa. En junio, el español Carlos Fuentes Ruiz pasó a ser el presidente y Federico Díaz, encargado de la administración. Ojeda ya no está entre sus directivos pero es administrador de Prescal Chile. El año de su inscripción, la fundación se adjudicó 2,3 millones de euros para formar a 775 personas en cursos que van desde robótica y refrigeración, a soldadura y cuidado de ancianos.
En 2014, Fundación Cades obtuvo 5.752 millones de pesos, esto es, 8,16 millones de euros. Este año ya ha obtenido casi 2,5 millones de euros para un total en conjunto de 3.700 alumnos. Hasta el momento, ha cobrado del servicio estatal chileno 3.169.440 euros y dice haber capacitado a 2.500 personas en Santiago de Chile, San Antonio, Talca y Puerto Montt.
El nuevo director de Fundación Cades, Eduardo Robledo Santelices, también militante socialista que trabajaba en el Sence, admite que la fundación andaba "muy mal administrativamente" pero descarta otras irregularidades. Fundación Cades alquiló el antiguo convento de las religiosas de María Inmaculada, en el centro de Santiago, lugar en el que se impartían los cursos en condiciones no adecuadas por lo que ha habido que reformarlo.
Denuncias de los alumnos y profesores
Además de las multas, la falta de materiales y el retraso en los certificados, los alumnos de San Antonio denunciaron que el acuerdo entre la Fundación Cades y la empresa danesa Maersk Container Industry -MCI-, que consistía en que quienes terminaran las capacitaciones harían la práctica en la compañía y luego trabajarían ahí, no se cumplió. Pero la danesa niega que el compromiso existiera.
Otras denuncias de relieve son, textualmente, las siguientes:
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"Las horas de la asistencia las arreglaban a su gusto, había profesores que no eran buenos. A veces se quedaban con la subvención diaria de 3 mil pesos del Sence. No había herramientas ni material suficiente para practicar soldadura. Como era peligroso, nosotros mismos tuvimos que comprar nuestros zapatos de seguridad".
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"Nos dijeron que teníamos trabajo asegurado en Maersk al terminar la capacitación, pero ello no ocurrió. Un día fueron de la empresa y dijeron que no sabían por qué la fundación estaba capacitando a tanta gente si ellos solo necesitaban a unos pocos".
Manuel Bravo, ex profesor de Fundación Cades, denuncia al servicio estatal chileno: " Sence fiscalizaba lo que quería. Se puede cambiar la hora del computador y el huellero toma esa hora. Con el dato del carnet se puede usar el huellero sin la huella. Había contrataciones sin respaldo y supe también que se cambió un currículum".