Tal y como recoge este lunes El Mundo, Jordi Pujol Ferrusola cobró casi 3,6 millones de euros en "comisiones y pagos ilegales" de la constructora catalana Copisa simulando la prestación de asesorías inmobiliarias, así concluye el juez José de la Mata que sostiene que "existen indicios que permiten alcanzar la conclusión de que los servicios de intermediación" que aseguró haber prestado el hijo del expresidente autonómico catalán a esta empresa "no existieron".
De la Mata señala que fueron 3,9 millones, "bajo la apariencia de prestaciones de servicios se encubrían comisiones del Grupo Copisa, supuestamente beneficiado de dichos servicios, pero que en realidad pudieran estar satisfaciendo comisiones y pagos ilegales en contraprestación a gestiones realizadas por el investigado o su entorno más próximo.
Así, el titular del Juzgado de Instrucción número 5 de la Audiencia confirma con este argumento la imputación por los delitos de blanqueo de capitales, contra la Hacienda pública y de falsedad documental, de X.T., uno de los máximos responsables de la constructora catalana, que es la principal pagadora del hijo mayor de Pujol.
En la figura del responsable de Copisa, "concurren indicios de criminalidad" al "no haber documentación alguna de ninguna de las gestiones o labores de intermediación desarrolladas por Pujol Ferrusola". Lo cual, informa El Mundo, "hace difícil de justificar los pagos millonarios, justificados por facilitar el nombre y el número de teléfono de clientes".
La constructora ha explicado ante el Juzgado de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional, que "mantiene relaciones comerciales y profesionales con las mercantiles Iniciatives Marketing i Inversions y Project Marketing Cat (propiedad de Pujol Ferusola) aproximadamente desde el año 2005".
Fue entonces cuando Pujol Ferrusola contactó con uno de sus ejecutivos para "ofrecerle una serie de oportunidades de negocio en diferentes ámbitos". En concreto, "más de 40 operaciones, algunas de ellas en Centroamérica y África, de las que únicamente fructificaron nueve".
En palabras de este grupo inmobiliario, Pujol Ferrusola "percibía por este trabajo honorarios que oscilaban entre el 1% y el 3%, en función de la rentabilidad de la operación".
Entre estas operaciones cita el magistrado la de la "ampliación de la refinería de Cartagena, en la que el director de proyectos no sólo negó que Pujol Ferrusola hubiera intermediado, sino que expresamente indicó que la intermediación la llevaron otras personas distintas y que la elección de Copisa se debió a que la discrecionalidad estaba restringida al tener que encontrarse dentro de los posibles contratistas homologados por Repsol"; "lo que hace más que evidente que Pujol Ferrusola no participó en absoluto en esta operación", añade el juez.
Concluye el instructor que "los indicios existentes revelan que sociedades de Pujol Ferrusola generaron desde 2004 un patrimonio no irrelevante que pudo producirse, según X.T. (directivo de Copisa), por tareas de intermediación valiosas y efectivas". "Sin embargo", añade, "tales servicios de intermediación no existieron".