El socialista Guillermo Fernández Vara ha pedido este sábado en su discurso de toma de posesión y ante la ministra de Trabajo, Fátima Báñez, la ayuda del Gobierno central para reducir la tasa de paro en Extremadura, ya que, según ha recalcado, "nosotros solos no podemos".
El acto, abierto y sin protocolo, se ha celebrado en el Patio de los Naranjos, ante la Asamblea de Extremadura, donde se han dado cita ciudadanos y autoridades invitadas, entre ellas el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez; el secretario general de UGT, Cándido Méndez, y otros dirigentes y exdirigentes socialistas como Alfredo Pérez Rubalcaba, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, José Bono o Patxi López.
En su alocución, el nuevo presidente, que también ha estado arropado por su esposa y sus dos hijos, entre otros familiares, ha anunciado que en los próximos días pedirá una reunión con el presidente del Gobierno, que no quiere que sea protocolaria, "porque las reuniones con foto en la escalinata de La Moncloa no valen para nada, sea el gobierno que sea".
En ese encuentro, quiere hablar de los problemas del país y de Extremadura, ya que ante los retos a los que se enfrenta España "se hace necesario acercar España a los nacionalistas y que los nacionalistas se acerquen a España".
"Extremadura necesita que exista para todo el mundo y tiene que existir también para nuestro gobierno", ha dicho Vara, que ha agregado que será "muy exigente" porque cree que Extremadura sin el compromiso del resto de España no puede superar la tasa de paro del 30 por ciento.
Asimismo, ha dicho que le gustaría que este día no sólo fuese importante para él, sino para los extremeños "porque haya servido para mejorar las condiciones de vida de tanta gente que lo está pasando mal".
También ha señalado que la corrupción "ha matado lo mejor de la política, que es la confianza", por lo que lo mejor de la política "tiene que matar a la corrupción", y ha animado a luchar para recuperar esa confianza.
El presidente extremeño también se ha puesto a disposición del Gobierno "porque estamos para contribuir, para sumar, para coser y ser capaces de entender que España no es la suma de 17 partes, que es mucho más que 17 regiones".
En este sentido, ha abogado por conseguir "lo que resulta casi imposible, dada la condición humana", que es caminar juntos para "no dejar a nadie en la cuneta".
"Me gustan mucho nuestras banderas, pero me gustan más otras, la que representa la escuela pública en un pequeño pueblo y las urgencias de un hospital, porque son las que representan la igualdad y por las que merece la pena vivir y luchar", ha concluido Fernández Vara.
La despedida de Monago
Ha reconocido que ha cometido "errores", pero considera que en eso consiste vivir "y no hay que tener miedo a ello porque la fortuna siempre favorece al valiente" y ha añadido que tanto cuando ha ganado como cuando ha perdido las razones por las que trabaja "son las mismas: soy un enamorado de Extremadura".
"Ganamos batallas y perdimos muchas otras, pero nunca tuvimos miedo", ha dicho Monago, que ha recalcado que se consiguió lo más difícil: que quien había asumido la derrota como sistema ganara por primera vez y gobernara cuatro años con rigor y lealtad.