Ada Colau se estrena como desahuciadora y echa a tres personas de un inmueble municipal
La Guardia Urbana, por mandato del concejal Jaume Assens, abogado de okupas, lleva a cabo el primer desalojo de la nueva etapa.
Ada Colau, la flamante alcaldesa podemita y "soberanista" de Barcelona, ha perdido la virginidad ideológica en menos de dos semanas y ya ha ordenado su primer desalojo, el "lanzamiento" de tres personas que moraban de manera ilegal en un inmueble de propiedad municipal en la calle Creu de Molers del distrito de Sants-Montjuich, el mismo donde se enclava Can Vies, el símbolo de la "resistencia" okupa y la "zona cero" del exalcalde convergente, Xavier Trias.
No le ha temblado el pulso e incluso ha recurrido a la Unidad de Apoyo Policial de la Guardia Urbana, vulgo antidisturbios, una sección que quiere eliminar pero que, de momento, le ha servido para estrenarse como desahuciadora. La orden, además, lleva la firma del concejal Jaume Assens, que ha pasado de abogado defensor de los okupas a coprotagonizar el primer desalojo de la era Colau.
De momento, se desconoce la identidad de los desalojados. Los agentes de la policía local no han tenido que hacer uso del material antidisturbios, por lo que se supone que se trata de tres individuos sin conexión con el movimiento okupa.
No ha habido negociación, ni solución, ni alternativa ni morada de acogida. La orden firmada por Jaume Assens iba sin paliativos, a pelo, con el visto bueno de una alcaldesa y la firma de un concejal que son puntas de lanza del "derecho" a no pagar por la vivienda. Sin contemplaciones y con el grupo de la Guardia Urbana que Colau prometió disolver nada más llegar al poder. El baño de realidad la ha llevado a debutar como casera y "propietaria" de la manera más cruda, como si fuera un banco malo, un fondo de inversión malvado o una alcaldesa de los viejos tiempos.
No se han registrado incidentes en la primera "operación desalojo" del gobierno Colau. No había camisetas verdes de la Plataforma Anti Hipotecas (PAH) para oponerse a los policías. En unos minutos se ha resuelto la situación. Assens, connotado por su radicalidad, y Colau no se han plantado frente al inmueble, sino todo lo contrario. El titular de la propiedad es el Ayuntamiento y el Ayuntamiento es de Colau, a pesar de que todos los partidos, incluso los que le apoyaron en la delirante sesión de investidura, están forjando un frente anti Colau para conseguir el mismo número de asesores que está nombrando "la capo" –así la llaman los atribulados funcionarios– hace, deshace y desahucia, en lo que ya ha debutado, a su antojo.
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