La imponente bandera de España tremolaba desde siempre en la Plaza de Sevilla, Cádiz, junto al neoclásico Palacio de la Aduana construido en tiempos de Carlos III y sede posterior del gobierno del cantón independiente de Cádiz. La Razón aportó sus medidas: 22 metros de altura de su mástil y 73 metros cuadrados de tela izados por vez primera en mayo de 2008 por iniciativa de la entonces alcaldesa del PP, Teófila Martínez.
El motivo fue el homenaje de la ciudad de la primera constitución "La Pepa" a la vigente Constitución de 1978 con motivo del trigésimo aniversario de su aprobación en referéndum.
El nuevo alcalde de Podemos, José María González, alias Kichi, ordenó sustituirla por una banderita mientras coloca en las pantallas de televisión gigante instaladas en Cádiz su lema: "Estas pantallas no serán más una herramienta de propaganda municipal". O sea, que lo son, sólo que del nuevo equipo municipal.
La explicación al encogimiento de la gran bandera de España en banderola de carnavales fue que había sido retirada por la anterior corporación "poco antes de las elecciones" debido "al fuerte viento de Levante que en otras ocasiones había causado desperfectos". No hay ya temporal pero sigue sin sido restituida la bandera. Se adujo que mientras haya amenazas de vientos fuertes no habría izada de la gran bandera. El problema es que en Cádiz el viento fuerte es tan frecuente que se califica a las playas que llegan hasta Tarifa de "paraíso entre dos mares, la mare que parió al Poniente y la mare que parió al Levante".
Al parecer, ya hay nuevo informe técnico y han amainado los vientos de levante que podía dañar la bandera, explicación que provocó el primer rifirrafe del Kichi con Teófila Martínez. A estas horas, ondea de nuevo en su lugar habitual.
El regidor aseguró que la bandera volvería a su lugar cuando los informes así lo aconsejaran. "Hay que esperar a que cese el viento, no hay otro motivo". González explicó que "cada vez que se iza o se baja la bandera cuesta 150 euros", una cifra "nada desdeñable que es casi lo que cuesta el alquiler de un piso", y que, por tanto, "no se puede estar poniendo y quitando cada dos por tres".
Teófila Martínez, que según La Voz Digital no se lo creyó, aseguró que la bandera de España de la Plaza de Sevilla se bajaba "cuando hacía muchísimo levante, y al día siguiente cuando bajaba la intensidad del levante, inmediatamente se subía. Ahora han pasado muchos días, y si se quitaba era a un cierto nivel de levante, no con un levantito".