El Mundo es el único periódico que ve una revolución en los cambios de Rajoy. "Rajoy rectifica su discurso y rejuvenece la cúpula del PP". "Caras nuevas y otro discurso". En la foto de portada, Floriano, Cospedal, Rajoy, Arenas... Un entusiasmado editorial dice que la intervención de Rajoy, con la frescura del plasma, fue "una rectificación del discurso que ha venido manteniendo". "Nunca Rajoy había realizado tal ejercicio de autocrítica, a lo que se suma el importante anuncio de que va a asumir a partir de ahora un peso mucho mayor en la dirección del partido". "Rajoy declaró ayer acabada la legislatura" y se empleó pim, pam, pum contra el PSOE identificándolo "con una vuelta a la España del odio y la confrontación". "Rajoy logró ayer reinventarse a sí mismo. Su mensaje de que no va a escatimar ningún esfuerzo para ganar las elecciones era lo que muchos militantes querían escuchar para ponerse en marcha". Federico Jiménez Losantos, sin embargo, no ve rectificación ni renovación por ningún sitio. "Mariano Rajoy ha hecho justo lo que esperábamos de él los que no esperamos nada (…) En este giro de 360 grados de Rajoy el gran triunfador es Javier Arenas, garantía histórica de renovación. ¿Habrá alguien con más experiencia renovadora? En esta renovación del PP todo es jovencísimo, novísimo y brillantísimo. Si acaso desentona un poco Pablo Casado", pero Federico cree que eso tiene remedio. "En siete lustros, habrá podido cosechar tantas derrotas como Arenas y será eternamente joven, como el cadáver de James Dean y las ideas de Mariano, todas por estrenar".
El País dice que "Rajoy reduce el relevo en el PP a un mínimo cambio cosmético". La bronca que le va a echar la asociación de cosmética. Cebrián esperaba más y "la decepción" ha sido enorme. "No se entiende el secreto con que se ha llevo la cocina de la reorganizción" con esta birria de cambios. "La ausencia de alteraciones relevantes es precisamente la característica de los anuncios hechos ayer". Lo mismo esperaban que anunciara su dimisión. Pero no pierden la esperanza. "Salvo que la sorpresa resida en los cambios de Gobierno aún desconocidos". Yo no me haría muchas ilusiones.
"Rajoy soslaya el cambio y fía el futuro del PP a sí mismo y al miedo al populismo", dice ABC. "Limita la renovación a cuatro puestos". En resumen, "Rajoy dio la salida al proceso de renovación del PP con la noticia principal de que él encarna esa renovación", dice el editorial. Pero "el PP no puede dejar mensajes a medias y variar de nombres sin culminar una profunda renovación que explique no solo el quién, sino el para qué de sus cambios". David Gistau ve Madrid como un "tubo de ensayo". "Sin conceder a Carmena los cien días de cortesía que le piden los mismos que llamaron a rodear el Congreso al día siguiente de la investidura del PP, la experiencia de esta alcaldesa, a la que Federico ve como la Chanquete de una pandilla de adolescentes desestructurados en bici, tiene pinta de ir a liquidar la ensoñación teórica del asalto a los cielos". Cree que cuando esto se produzca, "pillará al PSOE descolocado" y entonces lo mismo tendrá que ser Albert Rivera el que tenga que "regenerar el centro izquierda después de que Schz termine de abandonarlo". Puestos a jugar a la futurología, puede. Luis Ventoso dice que da igual lo que cambie Rajoy en el PP, su "auténtico refuerzo son Carmena, Colau" y demás pandi. "Ahí es donde Rajoy ganará las elecciones. De su buen hacer personal -más y mejores discursos, menos envaramiento- dependerá su victoria, no de la mochila de Moragas y el bronceado de Arenas".
Carlos Herrera ha contemplado la toma de posesión de cargos en los ayuntamientos como una gymcana. Pintoresco ha sido, eso no se puede negar. "Cuesta decir quién se lleva el primer premio gracias a la masiva participación de mamarrachos en la prueba final de acceso al escañín de concejal. Han prometido su cargo, menos por Snoopy, por un puñado de soflamas extraordinarias; unos por la revolución, otros por la república, otros por la gente (...) y otros por la madre que los parió, que a tenor de lo visto se quedó muy tranquila" dice mosqueado. "Llegará un día en el que" esta chavalada se dé cuenta de que "las cosas no se arreglan con eslóganes de coleta barata y casposa". Pero "nadie nos quitará el recuerdo del bochornoso espectáculo que ha ofrecido durante los primeros días de fiesta la serie de inútiles que los ciudadanos y los pactos vergonzantes ha colocado en el machito de las cosas". Venga, al mal tiempo buena cara, vamos a reírnos un rato.
La Razón dice que "Rajoy toma el control del PP y coloca a Moragas como hombre fuerte", sin mojarse mucho. El editorial trata de consolar a los que se han quedado con ganas de marcha. "Muchos observadores considerarán que estas medidas renovadoras son insuficientes, pero olvidan" que las elecciones están a la vuelta de la esquina y "desaconseja la agitación interna". Rajoy está convencido de que los "votantes que le han dado la espalda reconocerán el esfuerzo realizado y, sobre todo, comprenderán el peligro que supone la irrupción de un extremismo de izquierda fragmentado y sin más seña de identidad común que la oposición al PP. En definitiva, Mariano Rajoy se ha puesto al frente del partido y está convencido de que lo va a llevar a la victoria". No se puede negar que Pedro Sánchez se lo está poniendo a huevo. El que no dice tampoco nada nuevo es Marhuenda. "El PP confía en Rajoy para ganar las elecciones. Rajoy, sin asesores inútiles y listillos, es un excelente candidato", dice el siempre fiel director de La Razón.
Al que, por cierto, debo una disculpa por la inmerecida bronca que le echa Pilar Rahola en La Vanguardia por mi culpa para defender a su adorado Artur Mas. Dice Rahola que "Mas está en la diana de toda la colección de insultos que recoge la Real Academia, más algunos inventados para la ocasión. Le han llamado loco, iluminado, corrupto, rompe familias, nazi, terrorista, conspirador, delincuente, enfermo. Lo último es para nota. Lo ha perpetrado el director de La Razón que, en su defensa de Duran, ha llegado al paroxismo explicando que Mas era un iluminado, un monarca absoluto. Y, en una pirueta de cinéfilo, lo ha comparado con el coronel Kurtz de Apocalypse now, un brutal sanguinario amante de la violencia extrema, loco de atar (...) En cualquier país normal nadie podría dirigir un periódico diciendo tamañas barbaridades". Veras, Pilar, la "pirueta" era mía, Marhuenda el pobre no dijo nada de la película de Coppola, ni del coronel. Su descripción de Mas en la columna de ayer en La Razón me recordó el personaje que interpreta Marlon Brando. Te sugiero que la próxima vez que vayas a poner a parir a alguien por un artículo te leas el original.