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Mas se presentará en las 'plebiscitarias' con una lista de amigos y sin las siglas CiU

Los nacionalistas preparan una refundación mientras el futuro de Duran queda en manos de los militantes de Uníón, que votan el domingo.

Los nacionalistas preparan una refundación mientras el futuro de Duran queda en manos de los militantes de Uníón, que votan el domingo.
EFE

El líder de CiU, Artur Mas, ya lo ha decidido. Sin oposición interna de ningún tipo. Ni CiU, ni CDC son siglas con las que ir a ningún lado. Lastradas por la corrupción y en caída libre electoral, el mantenimiento de esas marcas es una apuesta por el fracaso. Los dos partidos que forman la federación o coalición que fundara Jordi Pujol están en quiebra política, en proceso de descomposición, CDC con las sedes embargadas y Unión en medio de una crisis terminal sobre su esencia y relación con Convergencia.

Así pues, Mas se cargará las siglas y montará una candidatura que ya se avanza en medios afines como "la lista del presidente". En ella estarán, según fuentes del entorno de Mas, los dirigentes de Unión críticos con Duran (Núria de Gispert, Joan Rigol y Antoni Castellà), independientes de connotado "soberanismo", artistas, escritores y puede que algún religioso también. Suenan los nombres de Pilar Rahola (columnista de referencia de La Vanguardia), de Carles Viver Pi Sunyer (el redactor de los planes para la desconexión) y del tertuliano de economía de las chaquetas de colores Sala i Martín.

Tendrá cabida también el socialísmo separatista, con Ferran Mascarell (ex del PSC y consejero de Cultura) y su grupo "Volem" (Queremos) y hasta un sector desgajado de ERC que se hace llamar "Reagrupament". Todos amigos o como mínimo viejos conocidos, junto a nuevos valores, alcaldes reelegidos o jóvenes. En las cuatro provincias, la estructura será idéntica. Mas tendrá el control absoluto y las candidaturas se decidirán por razones de lealtad y afinidad personal.

Mas ha reconocido que se inspira en el montaje de siglas de Ada Colau, que su victoria le lleva a concluir que hay que cambiar de nombre y ponerse uno que refleje la "pluralidad y amplitud" de una "candidatura de país" y "por la independencia". La criatura todavía no tiene patronímico oficial, de modo que se la llama para abreviar "la llista del president".

El otro frente abierto en el nacionalismo es la opa hostil de Mas contra Duran, que se enfrenta este domingo a una votación interna que decidirá su futuro. Presionado por el sector separatista de Unión, Duran se avino a celebrar un referéndum interno sobre si había que apoyar el proceso o echar el freno. Sólo puso una condición, que él redactaría la pregunta.Y le salió esto:

"¿Queréis que Unión Democrática de Cataluña continúe su compromiso con el proceso desde el catalanismo integrador y de acuerdo con los siguientes criterios?

Soberania: Sin renunciar ni poner límites a la aspiración de plena soberanía de Cataluña.

Democracia: Tomando todas las decisiones de forma democrática, de manera que dispongan de la mayoría de los votos de la ciudadania.

Diálogo: Gestionando el proceso desde el diálogo entre el Gobierno de Cataluña y el Estado. Un diálogo sin renuncias previas y con voluntad de persistencia, como mejor garantía para ganar complicidades en la Unión Europea.

Seguridad jurídica: Garantizando en todo momento la seguridad jurídica, excluyendo tanto una eventual declaración unilateral de independencia como un proceso constituyente al margen de la legalidad.

Europa: Descartando cualquier escenario que pueda situar Cataluña fuera de la Unión Europea.

Cohesión: Velando en todo momento por la cohesión social y territorial de nuestra nación".

Los que voten sí a esto estarán apoyando a Duran, mientras que los críticos, cada vez más numerosos, además de por ser independentistas, defienden el no para echar a Duran y su equipo y echarse en brazos de Mas, que el próximo 19 dara a conocer en público su proyecto.

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