El ejemplo de lo que podría haber sido la nueva legislatura andaluza se ha dado en Alcalá de Guadaira y con el apoyo expreso de Ciudadanos. El argumento sustancial es que el Ayuntamiento de Alcalá está en manos de un equipo corrupto que ha hecho de la irregularidad y el enchufismo su norma de gobierno y que para el bien de la ciudad y la regeneración de las instituciones todos los partidos deben presentar una alternativa de gobierno a tiempo tasado y con único fin de devolver la dignidad a la ciudadanía y el cumplimiento de la legalidad a las instituciones.
De este modo, se ha configurado un bloque de cuatro partidos que parecen estar de acuerdo en lo esencial: Partido Popular, Izquierda Unida-Alternativa Alcalareña, Partido Andalucista y Ciudadanos. Su planteamiento es un gobierno "plural y de consenso" y han señalado como próxima alcaldesa a María Fernández, candidata de IU.
Entre los cuatro partidos suman doce concejales. Debe sumarse Alcalá Puede (esto es, Podemos), para alcanzar la mayoría de 13 concejales, mayoría necesaria para que no gobierne el PSOE, un objetivo que todos, Alcalá Puede incluido, han admitido con claridad hasta ahora. La pregunta es por qué este mismo esquema, fundado en el mismo razonamiento y en la misma experiencia, no ha sido posible para regenerar la Junta de Andalucía. Pregunta para el PP, para Cs y para IU, cuando menos. ¿Por qué no en Andalucía, siendo aún más necesario y urgente incluso que en Alcalá?
Pero los miembros de Podemos en Alcalá ahora vacilan. ABC subraya que cuando se produzca la votación el próximo sábado tendrán cuatro opciones a la hora de votar que en la práctica se resumen en dos resultados. Pueden apoyar la coalición de partidos opuesta al PSOE, pueden votar a su propia candidata, Jessica Garrote, pueden abstenerse o pueden votar al socialista Antonio Gutiérrez Limones. En todos los casos salvo en el primero el PSOE seguiría gobernando en Alcalá.
Las cuatro formaciones que ya están de acuerdo han "animado" a sumarse a un gobierno de consenso a Alcalá Puede, que también ha estado presente en la reunión con PP, IU, PA y Ciudadanos.
Incluso han definido los principios básicos sobre los que desarrollar lo que califican de "un gobierno alternativa para la ciudad tras décadas de PSOE". En general plantean una reorganización general del Ayuntamiento. Para ello apuestan por una auditoría completa de la administración y sus sociedades dependientes. A continuación apuestan por reorganizar el Ayuntamiento para enfocarlo a dos objetivos primordiales: la creación de empleo y las políticas sociales. Todo ello con la reducción de gastos políticos y de representación como elemento clave.
Además que cumplirían todos los acuerdos plenarios aprobados en el Pleno en el último mandato con los votos de la oposición y que el hasta ahora alcalde Limones se ha negado a ejecutar. Se trata de medidas como la reducción del IBI o la declaración de Alcalá como ciudad libre de desahucios. La recaudación es otro de los ejes del acuerdo entre los cuatro partidos con la reestructuración de los impuestos y la creación de un sistema "eficaz, viable y responsable".
En el apartado ético el planteamiento de los cuatro partidos es desarrollar un plan de transparencia y participación, así como un código ético. Se trataría de desarrollar medidas como el acceso a la documentación pública municipal, la publicación de las agendas de los representantes públicos o la participación de los vecinos en los plenos.