El Mundo titula que "Rivera se fía y apoya a Díaz sin que Chaves y Griñán dimitan", de lo que se puede deducir que ven a Rivera como un inocentón al que se la van colar. Sin embargo, Victoria Prego le está sumamente agradecida por que "haya desbloqueado el atasco político" en que se había quedado Andalucía por la mala cabeza de Susana Díaz. "Ahora todos los ojos se posarán en la gente de Rivera, que hoy empieza a someterse a un examen que va a durar meses, hasta que se celebren las generales. De momento, acierta ayudando Susana Díaz y posibilitado el acceso al gobierno de Cristina Cifuentes en Madrid". El examen será "doble y muy estricto. Y se juega mucho en él". La que le ha caído encima. Santiago González, por ejemplo, hace de examinador duro. "En vista de lo visto, quizá podríamos habernos ahorrado tanto ir y venir, tanta mandanga, exigencia y alharaca de Ciudadanos". Suspenso sin llegar al cero patatero.
Federico Jiménez Losantos se evade de pactos para hablar de la "terrorífica exclusiva" de El Mundo sobre el caso López Madrid. "Usar la Fiscalía para tapar el caso López Madrid apesta a chantaje al Rey desde las cloacas del Estado, justo cuando Soraya, jefa del CNI, puede dejar de serlo y Cospedal, amiga consorte de Villarejo, ha caído. Las cloacas dicen que se trata de 'blindar las conversaciones con Zarzuela'. Nada más falso: se trata de usar a la Zarzuela para blindarse las cloacas, hoy de Rajoy, Soraya y Cospedal; ayer de Rubalcaba y González; siempre de sí mismas. Un fiscal nunca debe servir a las cloacas del Estado. Y menos aún, contra el Jefe del Estado".
El País convierte a Rivera en el amo y señor de la política española. "Ciudadanos obliga a ceder al PP y al PSOE en Madrid y Andalucía". Qué bárbaro, este Rivera. "Los dos grandes partidos admiten limitar mandados en ambas comunidades". "Cifuentes acepta celebrar primarias y que los alcaldes tengan dedicación exclusiva. Susana Díaz acuerda bajar impuestos y retirar a los cargos que sean imputados". Madre, este Rivera, qué bestia. Y ya en letra pequeña. El pacto "no incluye un compromiso explícito por escrito de dimisión del expresidente Manuel Chaves, si resulta imputado". Menuda gracia les va a hacer a Lucía Figar y Salvador Victoria. La entronización de Rivera continúa en el editorial. "La formación de Albert Rivera corre el riesgo de presentar una imagen confusa ante los electores, apoyando unas veces a la izquierda y otras a la derecha. Que sea difícil explicarlo a militantes muy convencidos no implica que la mayoría de los ciudadanos prefieran el desgobierno. No es así. Lo que desea es vivir un tiempo de pactos y coaliciones". Menos mal que contamos siempre con El País para decirnos lo que deseamos, qué perdidos andaríamos sin ellos. No valoramos lo que tenemos con el grupo Prisa. "Lo más positivo de la decisión de Ciudadanos es el aldabonazo que supone para los negociadores de pactos municipales y autonómicos en toda España. Ninguna fuerza política ha obtenido el suficiente número de votos para imponerse a las demás. Así que los pactos no es que sean inevitables; es que son deseables para lograr un funcionamiento razonable de las instituciones". Aquí sacas un diez, Rivera.
ABC también también pone por las nubes la responsabilidad de Rivera. "Ciudadanos asume su papel en la gobernabilidad de España". "El partido de Rivera apoya al PSOE en Andalucía mientras avanza su negociación con el PP en la comunidad de Madrid". "En Valencia puede ser el freno al nacionalismo de Compromís". Pero qué listo es Rivera. Ignacio Camacho dice que el de Andalucía ha sido el pacto "más sensato de los posibles" y "permite a Rivera cumplir el papel estabilizador, central y equidistante que desea: apoyar al PSOE en Andalucía y al PP en Madrid, respetando en ambos casos a los partidos más votados. Es un pacto lógico, moderado e inobjetable". Aunque Camacho echará de menos este periodo sin Gobierno en Andalucía, esta calma chicha, esta "rutina feliz" en la que "nadie se ha sentido desgobernado, un tiempo feliz con las manos de los políticos fuera de la masa presupuestaria". Qué poco dura la alegría en la casa del pobre.
La Razón titula: "Susana Díaz, presidenta 80 días después. Ciudadanos olvida la dimisión de Chaves y apoyará mañana la investidura". "Con este pacto, Susana Díaz logra mantener su ideario moderado, lejos de la radicalidad que le ofrecían otras opciones que hubiesen sido más del gusto del secretario general socialista, Pedro Sánchez. Rivera nunca ha ocultado su afinidad con la política andaluza, basada en la cordialidad y la confianza. No parece que sea ésa la misma sensación existente entre Rivera y Sánchez". Cuenta Toni Boñalo que todo se fraguó en Sitges. Allí los que mandan en Ciudadanos discutieron a la orilla del mar sobre qué hacer con España. "Al final Rivera impuso su posición", como debe hacer el jefe. "La equidistancia se convirtió desde aquel día en la palabra de moda en Ciudadanos" y los naranjas "apostaron por la estabilidad". Rivera "tardó apenas 72 horas en poner aguja al hijo", dice. ¿Y te parece poco Bolaño? Se ve que la costura no es lo tuyo. Rivera no encontrará en Marhuenda una sola crítica. "Nada tenemos que objetar a la decisión de Ciudadanos de prestar su apoyo a la investidura de Díaz, aunque solo sea porque significa una garantía de estabilidad frente a los embates populistas". Eso sí, que no se le ocurra ponerle chinitas en el zapato a Cifuentes porque entonces se va a enterar. "No debe caer en el doble rasero cuando se trate de otros pactos y por ello debe actuar siempre desde la coherencia". Advertido queda. Aprobado pero pendiente de entregar un trabajo.
La Vanguardia dice que "Ciudadanos cede Andalucía al PSOE y Madrid al PP". Al enemigo ni agua. Un desapasionado Marius Carol dice que "Ciudadanos refuerza así su condición de bisagra, capaz de pactar con PP y con PSOE". Adolfo S. Ruiz ofrece una peculiar versión de lo que pasó. "El PSOE se entrega con armas y bagaje a la formación emergente". Fue "una versión en clave sureña de la rendición de Breda". No parece para tanto, Adolfo, quillo, qué exagerao.