Susana Diaz no va a convocar una nueva ronda de contactos para llegar a acuerdos para su investidura. Con ello, pretende amedrentar al resto de los partidos con unas nuevas elecciones y exigir su apoyo o, cuando menos, la abstención, sin negociación previa. El PP ya la ha amenazado con no abstenerse, lo que equivaldría a dejar a la presidenta en funciones en manos de la izquierda radical, Podemos e IU, puesto que la abstención de Ciudadanos no suma suficientes apoyos.
A menos que Ciudadanos decidiera apoyarla directamente, el resultado es que Susana Díaz quedaría maniatada en sus políticas y en los pactos por las alcaldías.
Juanma Moreno regurgitó ayer su primera propuesta a Susana Díaz. La abstención del PP en el pleno de investidura estará directamente relacionada con el respeto a la lista más votada en los ayuntamientos, lo que permitiría a los populares gobernar en 217 municipios de Andalucía, donde han sido la fuerza más votada. Especial es el caso de Sevilla, cuya alcaldía es innegociable para Moreno.
Pero el tiempo corre hacia el día 5 de julio, día en que habrá que convocar nuevas elecciones si no hay acuerdo para la investidura. El PSOE deberá contentar o bien al PP, algo más sencillo, o a todos los demás, Podemos, IU y Ciudadanos, al unísono. Tampoco aportaría estabilidad a la Junta y su gobierno un acuerdo tripartido o bipartito con una izquierda radical que fue la causa, según Susana Díaz, del anticipo electoral del pasado mes de marzo.
Otro problema es la negativa de Pedro Sánchez a acuerdo alguno con el PP, negativa que puede afectar a la solidez del gobierno de Susana Díaz, que ha perdido, como ya es notorio, el control sobre los pactos a nivel nacional que terminarán afectando a los que se rubriquen en Andalucía.
El PSOE, cuyos votos han seguido disminuyendo en estas pasadas elecciones municipales, se juega mucho en la convocatoria de unas nuevas elecciones, de modo que pretende cambiar la Junta por el apoyo subrepticio al PP en algunas alcaldías, no todas, algo insuficiente para el PP andaluz dado el calibre de la Junta y el costo electoral que tendrá su apoyo al "régimen" que tanto criticó.