El Mundo titula a cinco columnas con la declaración de Rajoy, como si no creyera lo que está oyendo: "Creo que soy el mejor candidato". Que a él no le mueven ni con agua caliente. "Rajoy minimiza la autocrítica, descarta cualquier cambio y advierte contra la inestabilidad porque dificulta la recuperación". ¿Sabrá Rajoy que el domingo hubo elecciones? "Los barones cuestionan el diagnóstico del presidente y, por primera vez, no aplauden su discurso en el comité ejecutivo". Preocupado está Rajoy por los aplausos. Ande yo caliente... Dice el editorial que Rajoy "permanece incólume en su inmovilismo", que a él ni plin, dio un "mensaje triunfalista" y se encastilló "en una posición refractaria a los cambios que, de perseverar en el error, ahondará en la dinámica derrotista". La "debacle no parece haber causado ninguna metamorfosis en el presidente", oye, se quedó tan pancho, impasible el ademán. "Rajoy no asimila que el PP no tiene un problema de comunicación, sino de ausencia de un discurso sólido que le permita volver a encandilar al grueso de las clases medias". Y que cae al personal como una patada en el estómago, todo hay que decirlo. Anson sin embargo, cree que en su periódico son unos exagerados. "Se ha producido un descalabro para el presidente pero no una castástrofe. Quedan seis meses por delante y Rajoy puede recuperar una parte del terreno perdido". Claro, hombre, no hay más que ver lo bien que le ha ido desde las Europeas. Y eso que tenía un año.
El País anuncia a bombo y platillo que "Podemos marca como prioridad en los pactos desbancar al PP". Me pregunto cómo habrán llegado a esa conclusión. Qué buenos analistas hay en este periódico, siempre nos descubren algo que nunca hubiéramos sospechado. Sobre Rajoy dice que "se considera el mejor candidato y descarta cambios". Que abuela no tiene, vamos. El editorial ni se molesta en analizar la rueda de prensa de Rajoy de ayer. Dice que hay que pactar, que "la vida pública no puede bloquearse por cálculos tacticistas" y pone de ejemplo, cómo no, Andalucía. "No es ocioso señalar el mal rendimiento que ha dado al PP haberse negado a dejar gobernar a los socialistas", dice y "cabe preguntarse qué partido ha sacado Ciudadanos". Pues Podemos ha hecho lo mismo y ahí lo tienes. "Las elecciones del domingo pusieron de manifiesto que una parte considerable de los españoles está impulsando un cambio profundo en este país". Pero "nada hay que se alce como obstáculo insalvable a la gobernabilidad de las instituciones. Los únicos impedimentos que deben denunciarse son los que proceden de las tentaciones inmovilistas". Francesc de Carreras está de acuerdo con lo del cambio. "Bienvenido este tiempo nuevo a la política española, hacía falta. Ahora bien, no todo cambio es necesariamente a mejor", dice mosca.
ABC: "Rajoy elude tomar medidas inmediatas tras el 24-M". Lo de inmediatas sobra. Elude tomar medidas y punto. "La falta de reacción del presidente ahonda el desánimo del PP ante la pérdida de 2,5 millones de votos". Como si no lo conocieran. El editorial intenta ponerle las pilas con delicadeza, no vayan a herir sus sentimientos. "Lo primero que debería hacer Rajoy es una crisis de gobierno, porque el diagnóstico de los ciudadanos no deja lugar a otra opción". Y además "una crisis de organización del PP", dice directo a la cabeza de Cospedal. "La tercera crisis debe ser de ideas", dice. Pero Bieito, si de eso ya no tienen. "El PP debe iniciar una crisis de política de comunicación, porque ha confundido la firmeza con la arrogancia, el optimismo con voluntarismo y la convicción con la soberbia". Y una última tarea imposible. "Rajoy debe actuar para salvar algo mucho más importante que él mismo, su gobierno y los dirigentes del PP: el proyecto ideológico de centro-derecha español". Qué conmovedora candidez, la de ABC. "Esta vez, el PP no puede esperar que se aplauda al rey desnudo". Pues claro que puede, ¿no lo viste ayer?
La Razón se limita a informar de que "Rajoy no hará los cambios que pide el PP". Que no y se acabó. Los de La Razón vieron ayer a otro presidente del Gobierno. Uno que "demostró que es plenamente consciente de que los resultados pueden comprometer su reelección al frente de la jefatura del Gobierno". A uno que "frente al recurso fácil de proclamarse a todo trance como el partido más votado, eligió afrontar los hechos". En algún momento conectaron los de La Razón con el resto de España y entonces vieron a un Rajoy que "afronta el reto sin modificar sustancialmente su estrategia, con los mismos equipos en el Gobierno y en la ejecutiva del PP, y confiado en la solidez e implantación de su partido". "Es su decisión" y es el que manda. Ese sí que fue el que vimos todos, ese.
Francisco Marhuenda debería encontrarse en el mismo planeta que Rajoy porque dice que el resultado "tampoco fue un desastre", "el PP perderá el poder en algunas comunidades autónomas, diputaciones y capitales". ¿Algunas? Qué dé las gracias si conserva alguna importante. "Rajoy se ha dado cuenta de los errores que ha cometido y tiene tiempo de enderezar la situación para conseguir la victoria en las generales", dice como enajenado. "Rajoy es un buen candidato a pesar de los listos que pretenden su jubilación" y "no hay nada perdido". Si cuando dicen que el amor es ciego, por algo será. Y si ayer sacó la guillotina con Aguirre hoy le toca a Monago. "Hay que acabar con las excentricidades de los dirigentes que quieren ser barones rojos para que la izquierda les diga que tienen bueno rollo y no parecen del PP. No tiene que tener ningún complejo por ser de centro derecha, y si hay alguien que no se siente cómodo lo mejor que puede hacer es enviarlo a su casa". Caramba, con Marhuenda, le ha dado la vena killer.
Pues puede empezar a poner en práctica sus remedios con la disidencia en su propio periódico. Porque Ussía le hace un buen repaso a sus críticas ayer contra Aguirre. "Aguirre ha cometido errores. Pero el gran responsable de la fuga de votos y la herida del PP en España es Rajoy". ¿Te lo vas a cargar, Marhuenda?