Aguado se ve en la Puerta del Sol

Ciudadanos ha arrancado la campaña de su definitiva consolidación nacional, que Albert Rivera ha abierto en Barcelona pero que cerrará en Madrid, donde tiene muchas posibilidades de decidir el Gobierno del Ayuntamiento y la Comunidad. Precisamente en la capital de España quinientos afiliados han arropado en un hotel del sur de la ciudad a los candidatos autonómico y municipal, Ignacio Aguado y Begoña Villacís.

La cena de arranque de campaña ha contado con la presencia del eurodiputado Javier Nart, quien visiblemente afónico presentaba a Aguado y Villacís como dos profesionales que han decidido dar el paso emprendido por él mismo hace un año. Hace doce meses Nart, junto a Juan Carlos Girauta, era presentado por Rivera en una cena con la quinta parte de asistentes, síntoma inequívoco del crecimiento exponencial de Ciudadanos.

Villacís ha pronunciado un discurso en clave interna "he dirigido equipos pagados, pero ninguno funcionó tan bien como el que tengo ahora de voluntarios. No somos ricos ni actuamos como tales, pero tenemos ilusión y muchas ganas de cambiar las cosas, y eso es lo que cuenta" y desbordado de optimismo "aquí está mi compañero Ignacio, que va a ser el próximo presidente de la Comunidad de Madrid".

Tras visualizar el vídeo de campaña, con Rivera y la diputada en el Parlament Inés Arrimadas como protagonistas -dos personas que no encabezan candidatura alguna para el 24-M- Aguado ha cerrado el acto con un discurso más breve aún que el de Villacís, con referencias genéricas al cambio en España, con el mismo tono eufórico "vamos a ganar las elecciones" y con una confesión: "No quiero hacer memoria de mi vida y ver que hubo un momento único en España para cambiar las cosas y me quedé en el sillón".

Daba la sensación de que los candidatos guardaban el argumentario estrictamente madrileño para mejor ocasión. A partir de este viernes lo irán desgranando en un recorrido de norte a sur de la comunidad, donde Ciudadanos cuenta sus militantes por más de una decena de miles, cuando hace sólo dos años, cuando el propio Aguado decidió afiliarse, apenas eran unas decenas.