La "niña diosa" de Nepal, conocida como la Kumari, sobrevivió al terremoto de 7,8 grados que el sábado devastó el país del Himalaya y que de acuerdo con el último recuento oficial de víctimas causó 6.200 muertos y casi 14.000 heridos.
"Tenía los ojos cerrados, como si estuviera en trance, y nos dijo que nada nos pasaría" durante el terremoto, afirmó Ramesh Bajracharya, padre de la Kumari de siete años, según recoge la revista local Nepali Times.
La "niña diosa" y su familia se encontraban en casa cuando el seísmo comenzó a sacudir la vivienda, situada en la zona histórica de la localidad de Patan, en el Valle de Katmandú, donde se derrumbaron numerosos templos proclamados patrimonio de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Sin embargo, superado el pánico inicial, el padre de la Kumari se tranquilizó después de que su hija asegurase que nada les pasaría, pues "gracias a su fe" todos se encontraban "a salvo en aquella habitación".
Al terremoto le siguieron casi un centenar de réplicas que tumbaron importantes templos en Patan y en otras ciudades como Katmandú, pero el lugar de culto de la Kumari permaneció intacto y no se desprendió "ni una teja", según Ramesh.
Las Kumaris son niñas reverenciadas tanto por hindúes como por budistas en Nepal hasta que alcanzan la pubertad, momento en el que son reemplazadas por otras deidades vivientes, cuyo proceso de selección se basa en una treintena de virtudes que deben poseer, como belleza, frente ancha o disposición "reservada".
La tradición de las kumaris comenzó en el siglo XVII y son consideradas las protectoras del país, aunque su "poder divino" no logró detener los efectos del terremoto, que golpeó sobre todo la parte central de Nepal, donde se halla el Valle de Katmandú.
Rescates milagrosos
Además, una mujer de 24 años fue rescatada tras permanecer 128 horas atrapada bajo los escombros de un edificio en Katmandú. Krishna Kumari Khadka se encontraba atrapada en la planta baja de la pensión Janasewa en la zona de Gongabu de la capital, y fue liberada tras nueve horas de trabajo ayer por la noche por equipos de rescate de Nepal, Israel y Noruega, dijo el inspector de Policía Debi Prasad Poudel al diario local My Republica.
Kumari es el último rescate tras el seísmo, después de que en los últimos días se llevasen a cabo otros en situaciones inverosímiles. Un niño de 15 años, Pemba Lama, fue rescatado ayer entre vítores 120 horas después de quedar aprisionado en las ruinas del edificio de siete plantas en que trabajaba en una pensión, situada también en el área de Gongabu.
El martes, un joven de 28 años, Rishi Khanal, fue rescatado tras permanecer 82 horas atrapado bajo los escombros de un edificio en la capital nepalí. Khanal pagó con la amputación de una pierna la vida ganada.
En otro rescate ocurrido el lunes, una mujer parapléjica de 32 años pudo ser sacada viva tras 50 horas entre los escombros de su vivienda en Katmandú.
Último recuento: 6.200 muertos y 14.000 heridos
El último recuento oficial de muertos por el terremoto superó los 6.200 y el de heridos alcanza casi los 14.000, aunque se estima que esos datos están lejos del total de víctimas, al desconocerse los efectos del seísmo en las zonas más remotas del país del Himalaya.
El sismo ha provocado además cerca de 2,8 millones de desplazados en un país con una población de unos 28 millones, según datos de Naciones Unidas, que asegura que al menos 130.000 viviendas resultaron totalmente dañadas y cerca de 85.800 parcialmente. El terremoto de 7,8 grados en la escala abierta de Richter ha sido el de mayor magnitud en Nepal en 80 años y el peor en la región en una década desde que en 2005 otro seísmo ocasionara más de 84.000 muertos en Cachemira.