"Rajoy anuncia su candidatura con derroche de optimismo", dice El Mundo. "Confíen en mí, les irá bien", dijo el presidente. Ja, ja, ja, celebró la concurrencia el derroche de ingenio. Cuenta Lucía Méndez que en el hotel estaba lo más granado del PP dispuesto a reírle las gracias al jefe. "Después de una semana de angustias estaban deseando reírse un poco" y en lugar de irse al circo se fueron a escuchar a Rajoy, que es que con él te partes. "A cada pregunta de Javier García Vila que Rajoy respondía, o dejaba de responder, el público -todo el PP menos algunos- estallaba en risas. Incluso los gestos del presidente fueron acogidos con alegre alborozo. 'Confíen en mí. Les irá bien'. Grandes risas. 'No rengo intención de provocar cambios en el partido. Créanme. Y si la tuviera no se lo diría'. Carcajada general". Pero lo peor es que dice Lucía que "la risa del PP no parecía nerviosa, sino sincera. Como de celebración por tener un líder con tanto sentido del humor". Y claro, así pasó. "Por primera vez en tres años, el presidente cree que algo pasa en su partido". Y "no le gusta un pimiento. Sería mucho decir que está preocupado. Aunque sí perplejo". Pues a ver, tanta risa tanta risa que se le ha puesto la mosca detrás de la oreja.
El País dice que "Rajoy despeja las dudas sobre su candidatura y pide confiar en él". "El presidente sugiere que su futuro no está vinculado al resultado de las municipales". Hala, ya les ha fastidiado el titular que se sacaron ayer de la manga -"El PP reflexionará sobre la sucesión de Rajoy si hay catástrofe el 24-M"-. Un soso Javier Casqueiro cuenta cómo lo vivió sin mencionar el despiporre que se vivió en la sala. "Mariano Rajoy quiere ser candidato a las generales que él mismo convocará para finales de este año, tiene el apoyo y la confianza del PP y también su propia estimación de que es un buen cabeza de cartel, y no piensa cambiar nada, ni estrategias ni caras nuevas ni en el gobierno ni en el partido, ni ahora ni después del 24 de mayo. Pase lo que pase o incluso aunque se obtenga un mal resultado. Todo zanjado", dice Casqueiro. Cebrián se pone de morros. Rajoy "se limitó" a decir que con él les irá bien, "como si confiar en su persona fuera la única opción razonable". "Hay que entender la declaración presidencial como una advertencia a su partido para que calle aunque los resultados del 24 de mayo sean malos. Pero pedir un acto de fe no basta. Debe explicar por qué quiere ser candidato y para qué quiere un nuevo mandato". Pero si lo dejó clarísimo. Él es el mejor, no hay nadie como él, de fiar, con un gran gracejo natural... Qué más queremos.
ABC decide hoy que no abre con Rajoy ni su primera portada ni su portada bis y le envía a un rinconcito en una columna. "Rajoy ve fuerte al PP ante las próximas elecciones y confirma que se presentará a la reelección". A Jaime González el presidente le devolvió el sosiego. "Reconozco que a veces puede sacarme de quicio, pero también que me inspira una extraña confianza". Bieito Rubido vuelve, cual gota malaya, a darnos la tabarra con el voto y la responsabilidad. "Votar es un derecho, pero también un acto de responsabilidad que más de una vez se ha ejercido a la ligera y que ha traído bastantes desgracias a no pocos pueblos", dice por segundo día consecutivo. Eso sí, todavía no nos ha concretado cuál es para él el voto responsable. Venga, Bieito, a ver si mañana nos indicas a quién tenemos que votar para ser responsables.
La Razón también le hace un desplante a Rajoy y abre con Cifuentes. "Cifuentes: gobernar es pactar". La candidata madrileña le hace una buena faena a Marhuenda. Resulta que a los de La Razón les dijo que "asumirá como propio el modelo sanitario heredado de los gobiernos de Aguirre y de González sin nuevas externalizaciones ni privatizaciones". Pero nada más salir de allí se fue corriendo al Colegio de Médicos a decirles que piensa cargarse las externalizaciones de Aguirre en los hospitales Infanta Sofía, Infanta Leonor, el del Tajo, el Infanta Cristina, el del Henares y el del Sureste. El pobre Marhuenda no debió de enterarse y dice en el editorial que "Cristina Cifuentes posee ese ADN político liberal que caracteriza a los populares madrileños (...) Ha bebido en las misma fuentes ideológicas que su antecesores, Aguirre y González". Pues lo que ha bebido se le ha debido indigestar a Cifuentes, porque les ha hecho una enmienda a la totalidad.