El Mundo ahonda en su apertura en el hundimiento de Rato. "Hacienda halló contradicciones en la regularización de Rato". Y se lo cotilleó a todo Dios, como suele. Dice el editorial que esto es el acabose "el fin de una era". "El impacto emocional que para toda una generación tiene la noticia" de que el exvicepresidente de Aznar "era un defraudador fiscal al mismo tiempo que se presentaba como el artífice del milagro económico debe ser el aldabonazo definitivo para la ineludible renovación". Y un aviso al PP. "Todo lo que no sea firmeza y transparencia para aclarar el origen de los fondos de Rato será una actitud suicida". Victoria Prego matiza que lo cortés no quita lo valiente. "A Rato no se le puede discutir el acierto de su gestión económica cuando estuvo al frente de Economía. Aunque luego se comportó con cualquiera de los granujas que han estado estafando durante años a los españoles".
En la foto de portada, más contento que unas castañuelas, está Pablo Iglesias saludando al Rey. "Iglesias juega con 'la casta'". No, si al final al asaltante de cielos le va a gustar más la casta que a un tonto dos palotes. Antonio Lucas padece la amargura del fan decepcionado. "Podemos ya no gasta modales de señorito gótico, sino que con todas sus penumbras está posicionándose en los sitios como partido formal y por cauce reglamentario. Descamisadillos, pero reglamentarios. Están concentrados en el poder (…) A Pablo Iglesias, una vez que logre el certificado de calidad de Merrill Lynch", con quien ha solicitado una cita, "solo le queda besar a los niños en las plazas de toros a la hora del mitin". Vamos, Antonio, ánimo, que te veo muy decaído. "Después de la cita con los señores de Merrill Lynch van a tener que justificar ante los suyos unas cuantas cosas que hasta hoy se habían callado". Si es que no te puedes fiar ni de tu sombra.
El País cuenta que "el PP inicia un acercamiento a Ciudadanos ante posibles pactos". Pues quién lo diría, con lo que zurran a Rivera. Es más, "los populares hacen ofertas a los últimos fugados de UPYD". ¡Córcholis! Sólo les falta buscar por las cafeterías. Los de UPyD deberían ofrecerse en subasta pública, tan solicitados que están. Revela El País que Aguirre invitó a comer a Sosa Wagner el otro día en un restaurante de Madrid. "Wagner admite el almuerzo pero niega que Aguirre le tentara para volver a la política. Dice que cantaron canciones y hablaron de poesía del siglo XVII". Qué saleroso, este Sosa. Aunque con Aguirre nunca se sabe. Lo mismo te baila un flamenquillo de Ketama que te psicoanaliza en un Chester hinchable por las plazas de Madrid.
La foto también es para Pablillo, que se lo ha currado el hombre. Se le ve tan, tan feliz. "Guiño de Pablo Iglesias al Rey", dice. Yo diría reverencia. En el editorial le echa un broncazo de aúpa a Izquierda Unida. A ver si toma ejemplo de su hermano menor. "Negarle el saludo al Rey además de una evidente falta de educación, explica mucho del infantilismo como enfermedad de IU". ¡Zas!, en toda la boca. "La que hasta ahora era la tercera fuerza política española se está ganando a pulso la candidatura de convertirse en una opción marginal". Toma, la segunda en la frente. A ver si aprendéis de Pablo Iglesias, que "le ganó por la mano" a la formación de Cayo y Garzón y "participó tranquilamente en el acto. Al hacerlo, se convirtió en protagonista de los comentarios de los medios informativos y las redes sociales". Ya, pero ¿eso es bueno? Mientras, "la comunicación política pretendida por IU pasó del todo inadvertida". Bueno, IU está más que acostumbrada.
ABC muestra "los informes que no leyeron ni Chaves ni Griñán". Y no llevan a Pablo en su portada. ¿Qué tal han ido hoy las ventas? En el editorial se frotan las manos con la que le está cayendo a Susana Díaz. "Díaz llega a la constitución del Parlamento andaluz sin acuerdo siquiera para la composición de la mesa de la asamblea autonómica. En teoría, la candidata socialista adelantó elecciones para dar estabilidad a Andalucía, liberarse del estigma de la corrupción y dar un golpe de autoridad ante Sánchez. Aún no ha conseguido nada".
Jaime González le dice al Rey que "ni se le ocurra ver Juego de Tronos", que Pablo Iglesias está como una chota. "Como le siga la corriente y le dé confianza, Iglesias se arranca con los paralelismos entre la decadencia política de Poniente y la crisis de régimen que atraviesa España (…) Para mí que estos tíos están buscando inspiración en la quinta temporada de Juego de Tronos para redactar su enésimo programa electoral". Pues no me extrañaría, con el trastorno obsesivo que tiene este chico con la serie de televisión. Ignacio Camacho dice que "en sus sueños de grandeza, algo rebajados últimamente por la deflación electoral, Pablo Iglesias se ve a sí mismo entrando en la Zarzuela, descorbatado y coletudo, a despachar con el Rey como presidente de su Gobierno (…) En vez de tomar por asalto el símbólico palacio se empieza a imaginar tomando café con el de Somontes". Pero ojo, esa manía que le ha dado ahora de "coquetear con la Corona le aleja del rupturismo que le había convertido en mesías del cabreo". Los suyos estarán que trinan. Para Luis Ventoso "con la bobería de regalar Juego de Tronos al Rey, Iglesias volvió a probar ayer que necesita llamar la atención desesperadamente". "De aquí a las generales Pablo Iglesias hará media docena de patochadas más". Déjale, hombre, qué te cuesta, que haga realidad sus sueños de príncipes y princesas. Aprende de Felipe, la buena acción que hizo ayer.
La Razón titula con que "la oposición a Maduro llega a España el domingo en plena crisis diplomática" para "presentar las pruebas de la financiación irregular a Podemos". Hala ¿sí? Pues ya han tardado. Sobre Pablo Iglesias anuncia a bombo y platillo que "el Rey recibirá a Iglesias tras las generales". Pues ya. Cuando sea líder de un partido con representación parlamentaria, como todos. Son únicos estos de La Razón dando exclusivas. Abel Hernández, en la línea de El País, dice que Iglesias "demostró ayer ser el más listo de la clase" por la foto con el Rey. Aunque se le va un poco la olla con Juego de Tronos, donde ve "un claro valor metafórico para entender las claves de la lucha por el poder y de la crisis política en España". Abel, Abel, eso te pasa por no haber hecho caso a Jaime González. Pero el flipe del columnista no acaba ahí y ve a Pablo como a Carrillo en la Transición, "disimulando sus republicanas inclinaciones originales". "Por eso ha pedido ser recibido en la Zarzuela oficialmente, lo que sucederá cuando acabe el rosario electoral de este año". O que no sucederá nunca como sus votantes sepan los halagos que se lleva en La Razón por sus carantoñas a la Corona, porque van a salir corriendo como alma que lleva el diablo.