El Mundo, estupefacto, se queda sin palabras y reproduce la declaración de Chaves: "No me consta ninguna ilegalidad, ni siquiera ninguna irregularidad". A Casimiro no le cabe en la cabeza tanta cara. "Qué desfachatez", dice y pide al PSOE que haga argo. "Produce vergüenza que los españoles tengamos que soportar que entre nuestros representantes se sigan sentando los dirigentes bajo cuya responsabilidad política se desarrolló la desoladora trama de corrupción y despilfarro" de los ERE. "Produce bochorno la condescendencia de Pedro Sánchez y Susana Díaz (…) Las intervenciones de Chaves y Griñán deben ser la gota que colme el vaso de la paciencia de Sánchez, sin hacer depender sus responsabilidades políticas de su encuadramiento en categorías procesales". Cabezas ya.
Federico Jiménez Losantos relaciona el chavismo con el narcotráfico a raíz de la información de El Mundo sobre los "delincuentes venezolanos que blanqueaban dinero para la cúpula chavista en el BPA andorrano". "Dalí diría que la única diferencia de los Castro, Chaves y Maduro con Pujol es que todos hablan español. O sea, que no hay diferencia. Y no quiero pensar -aunque si no se explica es difícil no hacerlo- que los 700.000 euros de Monedero para Podemos provengan de ahí. Del narcoahí".
Carmen Rigalt conoce a otra Irene Lozano distinta a los demás. "Irene es lista, no gasta códigos impostados, utiliza un discurso dos tonos más suaves que los demás y no cree que para entender la política primero haya que saber ladrar". ¿Que no sabe ladrar? ¿Que utiliza tonos suaves? ¿Irene Lozano? ¿La que llamó mezquino y corrupto a Sosa Wagner? Caramba, Carmen, espero que nunca te enfades conmigo. "Intelectual, trabajadora incasable, brillante y multidisciplinar, licenciada en Filología, en media hora te hace una tesis doctoral sobre el lenguaje masculino y el femenino o la utilización de la lengua en los conflictos políticos". En lo de la lengua tienes razón, mira. Viperina, la tiene.
El País relega la declaración de Chaves a un pie de foto en la que aparece el socialista andaluz de espaldas. "Chaves defiende en el Supremo la legalidad de su gestión". Dice Luis Barbero que "¿qué responsabilidad?" va a tener, hombre, si "en la investigación no hay pruebas que lo demuestren".
El País deja en ridículo a Cospedal por la tontada que soltó ayer para criticar a Albert Rivera . "Los dioses griegos castigan al pueblo con reyes jóvenes". Ni corto ni perezoso el periódico investigó de dónde había sacado Cospe semejante sandez. "Ni los expertos helenistas consultados por este diario ni el PP -que explicó que la cita no era textual sino que Cospedal la había leído en algún sitio- supieron atribuir el origen de la frase". Vamos, que lo mismo lo leyó en una galleta china y pensó que iba a pasar a la posteridad. Ay, madre, qué perjudiciales son las campañas electorales.
El editorial le da una tunda a Pedro Sánchez por la campaña que está haciendo. "Mientras el PP se agarra al balance de la acción del gobierno y Ciudadanos lanza propuestas atrevidas, de las filas socialistas surgen poco más que vaguedades generales o anuncios de derogaciones de leyes", mendrugos, que sois unos mendrugos. "Los últimos meses han estado amenazados por los dimes y diretes en torno al liderazgo del PSOE, particularmente inoportunos en un año de continuas citas con las urnas. Esta es la razón del llamamiento de Felipe González", el hombre ya jubilado y teniendo que poner orden. Y para nada, porque visto lo visto "ha sido un aplazamiento en vez de un cese de hostilidades". "¿Es ahí donde la ciudadanía espera al PSOE? En absoluto. Las peleas de capilla y mandarinatos sólo interesan a quienes pretenden situarse en este terreno". "Hasta el momento se han escuchado más ocurrrencias ('pim, pam, propuesta')", dice a modo de tortazo a Carmona, "que una oferta coherente y articulada". Ufff, menudo rapapolvo, chicos. Felipe y El País toman las riendas del partido y os ponen firmes a todos. Como en los viejos tiempos.
ABC: "Una de de cal y otra de arena para el gobierno". "El FMI sitúa a España a la cabeza del crecimiento en Europa, el mismo día en que el grupo popular lleva la Congreso su fallida reforma de la ley del aborto", dice mezclando churras con merinas. En el editorial de ABC la regañina es para el PP. "La vida no se defiende con parches". Jaime González se mete en el jardín andaluz y dice que "el PSOE busca apoyos para la investidura y sondea a Podemos y Ciudadanos". Están "cambiando cromos". Hombre, Jaime, se te ha olvidado decir que los cromos los está cambiando el PP con la propuesta de apoyar la lista más votada. Qué cabecita.
David Gistau comenta la última de Pablo Iglesias, que después de darle por Dios aplaudiendo a rabiar al Papa, luego por la patria, que si la patria por allí que los patriotas por allá, ahora le entra la perra con el Rey. "Se niega a participar en el acto de repudio organizado contra Felipe VI" con lo bien que se le da "organizar agresivos escraches". "Empiezo a pensar que su reticencia a ofender a Felipe VI" es para ver si le convoca "para participar en una nueva transición". Parece que anda un poco despistado con la ideología de sus votantes. Banderas republicanas, Pablo, ¿recuerdas? Anticlericales, Pablo. Tú ponte una foto de Rouco Varela cuando hables y verás cómo te sale de corrido el discurso comecuras. Y de patria mejor ni hables.
La Razón dice que "El PP no admite la petición de los críticos de volver a la ley del aborto del 85". El pobre Marhuenda se ha visto en la tesitura de criticar al Gobierno. Que no vuelva a ocurrir. "Derogar un artículo no tapa el incumplimiento del compromiso adquirido". Qué disgusto. Sobre la declaración de Chaves dice que "el interventor pide al Supremo declarar para desmontar a Chaves y a Griñán". La Razón esta flipada. "Es desconcertante, ni siquiera reconoce la existencia de un fraude. Es más, dice que fueron beneficiosos", dice sin dar crédito a tanto morro.
La Vanguardia dice que "Chaves niega el fraude masivo que admitió Griñan" y Carmen del Riego se lleva el premio al titular del día: "Cospedal considera la irrupción política de Rivera un castigo divino". Han tenido que venir de Castilla-La Mancha para quitárselo de la boca.