Vehículos patrulla que superan el medio millón de kilómetros. Ésa es la denuncia que ha hecho pública este miércoles la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), que critica que "los guardias civiles deben hacer su trabajo sobre chatarras que no sólo dificultan su labor, sino que ponen en grave riesgo su propia integridad física" y todo ello en un país en el que "hasta el último mono disfruta de coche oficial".
"Cada día, miles de agentes deben patrullar las calles y carreteras españolas conduciendo vehículos que en ocasiones superan los 400.000 y hasta los 500.000 kilómetros. Resulta evidente que con vehículos de estas características se reduce enormemente la operatividad de las patrullas y la eficacia del servicio que se presta al ciudadano en el caso, por ejemplo, de una llamada urgente de auxilio o de una persecución", indican.
La asociación, que cuenta con ocho representantes en el Consejo de Personal del Instituto Armado, dice que "los vehículos de la Guardia Civil, al pasar la ITV en centros de las Fuerzas Armadas, son sometidos a una revisión menos exigente" y recuerdan el riesgo de accidentes como el ocurrido el pasado mes de noviembre en una autovía de Alicante, cuando se incendió el motor de un coche oficial correspondiente al cuartel de Villena tras una explosión producida en plena marcha.
En esta línea, recuerdan que la Dirección General de Tráfico recomienda a los ciudadanos utilizar vehículos de menos de 200.000 kilómetros y, sin embargo, "permite que la Guardia Civil utilice vehículos con una media de 250.000" cuando, a su juicio, estos vehículos "tienen que estar sometidos a una revisión más estricta que el resto, no sólo por la seguridad para los trabajadores, sino porque tenemos que dar ejemplo ante los ciudadanos".