Israel compensará a España por causar la muerte del cabo Francisco Javier Soria a finales del pasado mes de enero en la zona de control de los cascos azules españoles en Líbano. Un hecho histórico, pues será la primera vez que el país hebreo paga una compensación de algún tipo a un país por la muerte de uno de sus militares como consecuencia de un ataque perpetrado por los efectivos de las Fuerzas de Defensa Israelíes.
Así lo ha anunciado este martes el ministro de Defensa, Pedro Morenés, durante su comparecencia en la Comisión de Defensa en el Congreso de los Diputados, en la que ha detallado la cadena de negligencias consumadas por los militares israelíes, mientras contestaban a un ataque perpetrado horas antes por los terroristas de Hezbollah, y que concluyeron con la muerte del militar español, que se encontraba en el puesto de vigilancia 4-28 de la Blue Line.
"Hemos conseguido que el Gobierno de Israel se siente y reconozca sus responsabilidades, un precedente que no había ocurrido en ocasiones anteriores. Israel no había aceptado hasta ahora, en ningún caso, su responsabilidad o pagar una indemnización en este tipo de incidente. Ahora sí lo ha hecho. Van a hacer frente a las indemnizaciones que ahora mismo está negociando el Ministerio de Defensa español con el Ministerio de Defensa israelí", ha dicho el ministro.
Las investigaciones llevadas a cabo por militares españoles, por las Naciones Unidas y por un equipo hispano-israelí consideran probado que las fuerzas israelíes asumieron "un riesgo excesivo, al considerar como distancia de seguridad menos de 500 metros con respecto al objetivo" y además abrieron fuego con su batería contra un objetivo situado "al máximo alcance eficaz del arma, aumentando la probabilidad de error del fuego".
El ministro de Defensa continuó explicando que "no sólo el proyectil del impacto, sino al menos otros 8 disparos registrados se desvían, ya que los artilleros israelíes no disponían de ningún método o modo de observación de los impactos, y por tanto, carecían de la posibilidad de efectuar corrección de tiro" y además "la planificación de tiro no tiene en cuenta el alzado de las instalaciones de UNIFIL, sólo la planta, por lo que omiten la existencia de un obstáculo de 10 metros de altura en plena línea de tiro"
Por si fuera poco, los militares israelíes carecían en ese momento "de boletín meteorológico, por lo que no pueden tener en cuenta con exactitud los márgenes de error producidos por el viento, que soplaba en esos momentos entre 30 y 45 kilómetros por hora". "Esa fuerza puede provocar variaciones en el tiro de más de 300 metros", ha añadido Pedro Morenés.