Barcelona era un hervidero de espías, micrófonos, cámaras y conspiraciones, según se desprende del testimonio de la presidenta del PP catalán en el parlamento regional. No sólo se grabó su conversación en La Camarga con la exnovia de Jordi Pujol Ferrusola, sino que Rajoy también pudo ser espiado en otro restaurante de Barcelona, en donde se reunían dirigentes del PP, tanto nacionales como catalanes.
Todo el PP, desde Rajoy hasta los cargos del partido en Cataluña, frecuentaba otro local en el que también pudieron ser espiados. Así, Alicia Sánchez Camacho mostró dos denuncias presentadas por el partido: una por la grabación en La Camarga y otra relativa a otro restaurante, del que no dijo el nombre. Sin embargo, exhibió documentación sobre la cámara y micrófonos detectados en el reservado de ese local de Barcelona en el que se encontraban dirigentes nacionales y regionales del partido, incluido "Rajoy y diversos ministros", puntualizó Sánchez Camacho.
El restaurante en cuestión se llama "Santiaguiño" y está cerca de la sede del PP en Barcelona. El ingenio para grabar audio y vídeo estaba camuflado en el detector de humos del reservado, que estaba doblemente insonorizado.
Amenazas del hijo de Pujol
En cuanto a su famosa reunión con Victoria Álvarez, la exnovia de Jordi Pujol Ferrusola, Sánchez Camacho declaró: "Ella tenía miedo y no se atrevía a denunciarlo porque la habían amenazado. Se sentía víctima de malos tratos y yo le insté a denunciarlo". Además de datos "inconcretos" sobre los negocios del primogénito del expresidente catalán, Victoria Álvarez habría desgranado en el encuentro con Sánchez Camacho unos presuntos malos tratos por parte de Pujol Júnior que no se atrevía a denunciar por miedo y por unas supuestas amenazas del mayor de los Pujol Ferrusola.
En su comparecencia, Sánchez Camacho insitió en que Jorge Moragas fue quien le puso en contacto con la exnovia de Pujol Ferrusola, y que no sabia que su reunión en el restaurante La Camarga de Barcelona, en julio de 2010, estuviera siendo grabada.