Una de las detenidas en la 'operación Pastor', desarrollada por la Guardia Civil contra una estructura que pretendía mantener unido el denominado 'frente de cárceles' de ETA, tenía en su poder un manual sobre "cómo fabricar un terrorista", según informaron fuentes jurídicas.
Así consta en la documentación intervenida a Nagore López de Luzuriaga, para la que el juez Eloy Velasco ha decretado este viernes el ingreso en prisión eludible con una fianza de 15.000 euros junto a los también arrestados Izaskun Abaigar, Fernando Arburúa y Ohiana Barrios. A todos les imputa indiciriamente un delito de integración en organización terrorista recogido en el artículo 571 del Código Penal, castigado con penas de 15 a 20 años de cárcel.
Los detenidos, que depositaron sus fianzas sobre las dos de la tarde, guardaban pequeños rollos de papel en forma de canutillos con los que hicieron llegar información de los presos etarras a la dirección de la organización terrorista.
En una de las misivas incautadas, uno de los reclusos advertía de su separación del colectivo de presos etarras (EPPK en sus siglas en euskera) y asumía que, como consecuencia del abandono de la disciplina de la banda, se quedaría "sin asistencia letrada, psicológica y económica".
Cohesión de presos
El magistrado, que ha acordado la situación procesal de los arrestados de acuerdo con el criterio de la Fiscalía, entiende que los cuatro --dos de ellos miembros de la asociación de familiares Etxerat y otros dos del colectivo de médicos y psicólogos Jaiki Hadi-- actuaban "a las órdenes de ETA para cohesionar a los presos bajo la cobertura" de estas dos organizaciones.
Además de la fianza, el titular del Juzgado Central de Instrucción número 6 impone a Nagore López de Luzuriaga como medida cautelar la prohibición de efectuar visitas a los presos sin su permiso.
Los cuatro, que fueron detenidos en País Vasco y Navarra, formaban parte, según el Ministerio del Interior, de un grupo llamado Núcleo de Coordinación o KG, en el que confluían los representantes de distintas organizaciones de apoyo a los presos de ETA.
Los miembros del KG asistían a sus reuniones "conscientes de que integraban un espacio de coordinación diseñado y liderado por ETA y de que subordinaban sus actividades y las de las organizaciones a las que representaban a los intereses de la organización terrorista", según el departamento dirigido por Jorge Fernández Díaz. Esos representantes materializaban "las directrices de ETA" a modo de "desdoblados".