"Dirigentes del PP critican que Rajoy siga sin admitir errores", dice El Mundo. Pero por lo bajini, ¿eh? No les vaya a dar un soponcio creyendo que se lo dijeron a la cara. Rajoy "se parapeta en una lectura positiva de los resultados", que hay que ver lo exageraos que son algunos. "Fabra, Feijóo, Aguirre, Sánchez-Camacho y García Margallo creen que ha llegado el momento de cambiar de discurso". ¡Pues claro! Cambiar de discurso, qué pedazo de idea. ¿Y por cuál, por cierto? Ahí tienen a Sostres, siempre tan animoso. Visto el éxito cosechado en Andalucía, "Rajoy no ha de tener problema para quedarse cuatro años más en La Moncloa", que " a pesar de que quedan muchos ciudadanos doloridos que en elecciones menores quieran votar de capricho, cuando vaya en serio, dejarán de hacer el indio" votando a Podemos o a Ciudadanos, ya lo veréis, tontos. Si además lo que ha pasado en Andalucía "lo ha favorecido" el cuco de Rajoy "presentando a un tercera división" para mantener el bipartidismo. Ha dejado ganar a Susana porque "es natural que la primera cortesía la haya tenido la derecha, porque fuimos educados en ceder el paso a las damas", dice el resalao. Qué crack.
Luego tenemos el caso de Rosa Díez, otra que necesita un divan. "Dos diputados de UPyD dejan la dirección por el inmovilismo de Rosa Díez". Hacen bien, menuda es doña Rosa con quien le lleva la contraria. Se lía a cortar cabezas y se queda sola.
Casimiro reparte a dos manos. A Rajoy por "la ausencia alarmante de reflejos para admitir los errores propios y para analizar con pragmatismo y frialdad, sin engreimiento, el auge de Ciudadanos". Y a Rosa Díez por la patética actuación de ayer, un "espectáculo de personalismo que demostró que para ella la disidencia interna sólo merece la purga. Díez volvió a dejar claro que el partido es ella y que no piensa compartir protagonismo con nadie". Y la maté porque era mía.
El País también está estupefacto. "Sin autocrítica tras la derrota en Andalucía", qué cuajo. "Rajoy no cambiará sus políticas ni la estrategia popular frente a Ciudadanos" aunque "el resultado amenaza al poder del PP en las municipales". Pero Rajoy ni se inmuta. Javier Ayuso analiza a "dónde se fueron los voto del PP", porque en su opinión, "los votos no se crean ni se destruyen, sólo se transforman". Bueno, majo, también hay gente que vota por primera vez y gente que se muere y deja de votar, digo yo. Según este lumbreras "parte de los antiguos electores populares han cambiado en favor de Podemos". Hombre, haberlos haylos, pero seguro que son los que menos preocupan al PP. El editorial dice que lo que han pasado de moda son las mayorías absolutas y que ahora el último grito es un "sistema bipartidista completado por otras fuerzas relevantes a escala estatal". Le manda un recadito a Rajoy, y esta vez va en serio. "Las elecciones municipales y autonómicas serán decisivas para el PP. Rajoy tendrá que buscar buenas noticias de los augures modernos en los idus de mayo y verlas confirmadas por las urnas; de lo contrario, habrá de cuestionarse su propio futuro". Suena escalofriante. En cuanto a Podemos, de momento "los electores han desbaratado la macha triunfal" y les han dejado ocupando el "espacio de Izquierda Unida", vamos, un mero cambio de nombre en la extrema izquierda y punto pelota. "La novedad es Ciudadanos, destinado al papel de bisagra", que de UPyD ni hablamos. "En todo caso", concluye con una de sus típicas majaderías, "el futuro pasa por la recuperación de la cultura de la negociación y del pacto. Ese es el mensaje más extrapolable de las elecciones andaluzas". Menuda chorrada. Hay pactos cuando se necesitan y no los hay cuando no se necesitan. Qué recuperación ni qué niño muerto.
ABC ve "tensión en Génova". No en su jefe, claro. "El PP, obligado a replantearse su estrategia". Pues va a ser que no. Bieito Rubido le hace terapia a Rajoy en su Astrolabio. "Es bueno reconocer los fallos", la negación es mala, produce ansiedad. "La humildad es una virtud poco frecuente en los políticos", verás Rajoy qué alivio vas a sentir el día que la pruebes. "Resulta triste por no decir doloroso, comprobar cómo a políticos bienintencionados los termina traicionando la soberbia de sus consejeros". El bolsillo, más bien. Venga Rajoy, llora un poco, te vendrá bien desahogarte. El editorial no es tan indulgente. "Si el PP no reacciona con iniciativa política y con una recuperación de su identidad, si sigue ignorando con altanería los avisos que recibe, Andalucía no habrá sido un caso aislado, sino el primer capítulo de un proceso que puede poner de nuevo a la izquierda en el Gobierno". Plas, plas, espabilad, leñe. Ignacio Camacho tampoco se priva de lanzar su advertencia. "No funciona", tronco. "La estrategia de Rajoy no ha funcionado en Andalucía, no va a funcionar en mayo y no se sabe si funcionará en las generales", porque aunque él no se lo crea, o no se acuerde, o le importe una higa, hay "un ajuste de cuentas pendiente. Y cuando la gente quiere dar una bofetada te la da por estupendo que te pongas. Es tan sencillo como acercarse a la urna y votar a otro". ¿Recuerdas Rajoy? Urnas, una cosa que se pone cada X tiempo para poner y quitar presidentes.
Álvaro Martínez disfruta poniendo a caldo a Rosa Díez, ejemplo de "obcecación personal y cabezonería esteril". Rechazar la alianza con Ciudadanos "se demostró un tremendo error de Díez que en vez de atender a quienes aconsejaban la alianza se dedicó a purgarlo", en un muestra magistral de cómo ejerce la transparencia y la democracia de la que tanto presume la señora.
La Razón nos cuenta el cuento chino de Rajoy a los del PP. Lo de Andalucía "es el coste por las reformas para salir de la crisis". Angelicos. Marhuenda le echa la culpa a Arriola para salvarle la cara al jefe, que siempre es más cómodo. Dice que "la estrategia de Arriola ha sido un error", que sin negar que "la lucha contra la crisis haya pasado factura", palabra de Rajoy, "hay que recuperar el discurso tradicional del PP". Pero alma de Dios, ¿a quién vas a venderle ahora un discurso que se ha pasado por el arco del triunfo cuando ha podido aplicarlo? Como un obseso, insiste en El Submarino con Arriola. "Desolación y crítica entre los pocos barones regionales que acudieron al Comité Ejecutivo del PP. Había indignación contra la nueva cocina de Pedro Arriola, a quien ya acusan abiertamente de engañar a Rajoy (…) El mes de mayo está cerca y, si el PP no recarga pilas, las cosas se ponen feas. Dicho por quienes se la juegan en las urnas y no sólo pisan moqueta de despacho". Ya, pero Arriola no es el presidente del Gobierno, ni el presidente del partido, ni se presenta a las elecciones. Todo lo que calla con Rajoy, se le hace veneno con Rosa Díez. "A Rosa Díez el batacazo electoral le sabe a poco. Sólo atino a decir que su partido no se rinde. La líder magenta identifica al partido con ella misma". Vamos, la paja y la viga.