El Mundo lleva una foto muy ilustrativa del expresidente catalán riéndose a mandíbula batiente de los diputados catalanes. "Burla en el Parlament", titula. "No me quitaré el audífono para dejar de oírles... pero digan ustedes lo que quieran". Ja, ja, ja, qué guasa tiene el vejete. Luego entró en escena su esposa, Marta Ferrusola, sobre su escolta en Andorra. "Sí, llevaban cuatro fusiles, seis escopetas y un tanque". Plas, plas, plas, muy bueno ahí. Y Pujol Ferrusola lo bordó: "Es un mito que yo haya operado en paraísos fiscales, será culpa de mi oficina del BBVA". O de mi vecino, jua, jua. A Sostres le impresionó Pujol hijo, "Pujol Lecter", le llama, por su "inteligencia, su arrolladora personalidad", su "elegancia expresiva combinada con un inquietante latido psicópata", dice. Lo mismo se vio reflejado. "Se rió de todos" y les dejó "en ridículo", dice con indisimulada admiración. "Los diputados están muy lejos del nivel intelectual y político del expresidente", dice arrobado. Sostres, háztelo mirar, anda. A Arcadi Espada le pareció un "espectáculo pavoroso. La evidencia de que les ganó todas las manos. Un viejo sordo, corrompido (…) pasó la tarde sin ningún apuro y hasta se permitió la agria soberbia del viejo". Casimiro, acostumbrado al aburrimiento del Parlamento español, se quedó flipado: "Ni la acumulación de causas penales aplaca la altivez de la familia Pujol".
El País envía al rincón a Pujol, que "se niega a responder las preguntas de la comisión del Parlament" y abre con un tema sobre el que lleva dos días dando caña. "El Poder Judicial investigará el pago a varios jueces en Madrid". El objetivo es Javier Vieira, el presidente del TSJM. El aviso, en el editorial. "La ignorancia de lo que hacían estos jueces no es demasiado sorprendente cuando el propio Consejo tardó varios años en darse cuenta de que uno de sus presidentes, Carlos Dívar, cargaba importantes gastos privados al erario". ¿Y se acuerdan de lo que le pasó a Carlos Dívar? Pues señor Vieira, vaya usted tomando nota. Todo el espacio que le hurta a Pujol lo dedica el periódico a hacer una previa del debate sobre el estado de la nación que se celebra hoy. "Un debate que anuncia un fin de ciclo". "Los partidos que reharán el tablero político, sin voz en el Congreso", qué fastidio. ¿Y si quitamos por ejemplo a Baldoví, a Alfred Bosch, a Duran, que ya los tenemos muy vistos y metemos a Pablo Iglesias y Albert Rivera? Porque claro, si quitamos al de UPN o al de Foro Asturias nos quedamos sin debate.
"Los Pujol no saben nada", dice ABC. Dice el editorial que "el juicio político no es a Jordi Pujol, que ya está sentenciado, sino al régimen nacionalista en Cataluña, verdadero caldo de cultivo de una corrupción transversal". El caso Pujol "no da más de sí" en el parlamento catalán, mejor "confiar en los jueces", a ver si a ellos no les torean. Hermann Tertsch cuenta que en el PP andan más despistados que una mona porque la estrategia del miedo a Podemos "se desmorona". "Podemos puede dar miedo, pero ya no se lleva los votos asustados al PP. Ha surgido Ciudadanos, otros frikis que Arriola no tuvo en cuenta. Rivera llega solo con sentido común, talante liberal indefinido y unas propuestas económicas socialdemócratas, cobardonas y nada emocionantes. Pero con una imagen de lealtad y humildad que destroza la de soberbia desleal que ofrece el Gobierno. Todo indica que Ciudadanos le va a hacer un importante roto al PP".
La Razón elige otra de las muchas "burlas de Pujol" para su portada. "No tenemos ni un duro". Sembrado, estuvo. Marhuenda está muy enfadado. "Fue un infinito desprecio a a todos los catalanes". Toni Bolaño lo resume así: "Los Pujol fueron al Parlament. Comparecieron para decir que no tienen dinero, que todo es un montaje y un ataque a Cataluña. Se escudaron en el juez para callar. En definitiva, hicieron un 'calvo' a los catalanes". Encima, cochinos.
La Vanguardia se centra en la actuación estelar del niño. "Un desafiante Pujol júnior alardea de sus influencias". "El primogénito se presenta como un exitoso 'dinamizador económico'". "Más es muy amigo mío, cuando le necesite se pondrá al teléfono". Por la cuenta que le tiene. A Joaquín Luna le dejó estupefacto la cara de cemento armado del júnior explicando lo de los coches de lujo. "Es un mercado singular, propicio para los chollos porque a menudo sus propietarios se quedan secos como la mojama o aborrecen un modelo en horas. Si uno no tiene una colección de autos vintage es porque no quiere". Es que los Ferrari, no sé, no sé... . "Llega un momento en que nos cansamos y estos coches nos molestan. Un día, te deja tirado en la collada de Tossa y la grúa del RACC tarda. Vuelve a conducirlo y vuelve a dejarte tirado y ya no lo conduces más". Una lata, oye. Menos mal que llamas al niño de Pujol y te quita un problema de encima.