Mucho se ha criticado la tardanza de Mariano Rajoy en elegir sus candidatos, entre ellos los de Madrid, para las próximas elecciones autonómicas y municipales. Hoy quedan sólo 100 días para los comicios y aún no sabemos si atenderá al buen cartel electoral que tiene Esperanza Aguirre en la capital para optar a la alcaldía, tragándose el sapo de sus diferencias con la presidenta del PP de Madrid, y confiará en Ignacio González para seguir llevando las riendas de la Comunidad.
Pero esa tardanza, según pasan los días, da la impresión de que más que perjudicar está beneficiando al partido en nuestra región. Ya lo decía hoy el propio Ignacio González que bastaba con mirar lo que está ocurriendo en los otros partidos para llegar a esa conclusión. El conglomerado de Podemos-Ganemos, que tampoco tiene candidatos, es un verdadero jeroglífico imposible de descifrar para el común de los mortales... y que decir de Izquierda Unida y el PSM.
Los comunistas sólo tienen candidato al Ayuntamiento, un tal Mauricio Valiente, y la formación se cargó a los Gregorio Gordo y Angel Pérez para contentar a Tania Sánchez que luego les dejó compuestos y sin candidata regional. Y mientras tanto el PSOE mantiene sólo el candidato a la alcaldía, Antonio Miguel Carmona, el amiguísimo de Tomás Gómez, y tiene que nombrar en los próximos días al sustituto del exalcalde de Parla. Es decir, todo un panorama para los partidos de la izquierda de toda la vida. A los socialistas al menos les queda el consuelo de que, sea quien sea el sustituto de Tomás, difícilmente irán a menos.
Es verdad, Rajoy está tardando mucho en desvelar sus candidatos para Madrid pero es que sus rivales están haciendo todo lo necesario para que tampoco le entren prisas. Él mira, disfruta y espera el momento oportuno... o eso parece.