El Mundo y Monedero juegan un partido de ping-pong, y si ayer el de Podemos respondía que sólo tiene 200.000 pavos y no 700.000, hoy dice el periódico que "Monedero ya tenía 682.508 euros el día en que se fundó Podemos", que no se pase de listo. "Para intentar desmentir a El Mundo, mostró ayer extractos de tres cuentas sin enseñar movimientos ni los saldos en fondos de inversión". ¿Fondos de inversión? ¡Pero Monedero! Un revolucionario como tú, debería darte vergüenza. Dice el editorial que "intentar tapar un posible escándalo de corrupción con un golpe de efecto mediático" como el fichaje de Falciani "es una práctica habitual de partidos opacos" y un "insulto a la ciudadanía". Monedero "tiene una reacción propia de un político de la casta" al amenazar con querellarse contra el periódico. "En lugar de dar explicaciones veraces sobre el auténtico origen de su capital, optó por la amenaza como único argumento. Ese no es el camino para despejar las fundadas sospechas sobre la procedencia de su dinero. De no hacerlo, a Monedero no le quedaría otra salida que la de presentar su dimisión". Espera sentado, Casimiro.
Sobre la declaración de Mas dice El Mundo que "Mas siempre supo que su padre tenía cuenta en Liechtenstein", pero en casa no se hablaba de esas cosas y él "nunca preguntó por ello". A Casimiro se le llevan los demonios. "Desde el principio, Mas hizo un ejercicio de cinismo. Intentó hacer pasar su comparecencia como un acto voluntario de comportamiento ejemplar, cuando ha tenido que ser llevado a empujones por ERC (…) Nadie esperaba que Mas hiciera un ejercicio de transparencia ni que fuera a descorrer el velo tras el que CiU ha ocultado sus tejemanejes durante años. Pero su intervención fue tan extensa como decepcionante su contenido". Pues chico, si no esperabas nada no se entiende que te sientas decepcionado.
El País viaja hasta Ucrania para eludir abrir con Mas. Tampoco hacía falta irse tan lejos. Relegado a una columna, dice que "Mas declara en la comisión que el fraude de Pujol es un asunto familiar". Dice el analista Javier Pérez Andújar, un escritor, que "Mas dibujó en su comparecencia al héroe melancólico que en los momentos de mayor dramatismo se sincera con sus rivales al tiempo que los desdeña. Le quedó muy bien el personaje", que al president las dotes de actor no se le pueden negar. "Vaquero solitario que huye de su pasado, o cuyo pasado es una incógnita, al estilo del Virginiano". Ya he dicho que el comentarista es escritor. Cebrián aplaude a rabiar la actuación y casi se le saltan las lágrimas. "Hay que encomiar el hecho de la comparecencia, que contrasta con el escapismo de los gobernante del PP en casos parejos", dice. Pero Cebrián, si le ha llevado a rastras ERC, parece mentira que no lo sepas, te estás haciendo mayor. "Aunque correcto en la formalidad oratoria, nada aclaró", pero eso es lo de menos porque "rodea a Mas una aureola de corrección personal". Si, es de agradecer que no soltara escupitinajos, insultara a los diputados ni se liara a puñetazos. Por cierto que cuenta El País que Cayo Lara tiene sangre en las venas. "Cayo Lara acusa a Podemos de lanzarle una opa hostil. Carga contra Iglesias por tener 'principios de Groucho Marx'". "Quieren los votos del PSOE y los cuadros de IU". Mira, si sabe alzar la voz. Ea, ea, ea, don Cayo se cabrea.
ABC denuncia "descontrol en la Universidad". Sobre Artur Mas, dice el editorial que se "reveló como un político angelical". "Es evidente que Cataluña tiene un presidente que se entera poco o nada de lo que sucede a su alrededor, con un padrino político que ocultó durante décadas dinero negro en el extranjero y con un delfín que, presuntamente, no paraba de hacer negocios delante de él con las funciones públicas de su gobierno. Así es difícil ser el líder mesiánico de una nación". Mas, Mas, hay que estar más atento. Hermann Tertsch dice que Monedero "se ha traído un trasiego intenso con dinero procedente del otro lado del charco de origen oscuro". "Es absurdo pedirle a Podemos que respete la lógica y coherencia y que la misma vara de medir que tenía para los demás políticos la apliquen ahora a su comisario Monedero. Son comunistas que están en su momento histórico decisivo y todo se subordina a la toma de poder (…) Los neobolcheviques creen que existe ahora una constelación de factores favorables para derribar este sistema capitalista y sustituirlo por otro". Y lo mismo aciertan.
A La Razón le pareció que Sánchez Camacho estuvo genial con Artur Mas y se hace eco de sus palabras: "Artur Mas, el octavo hijo de Jordi Pujol". Plas, plas, plas. Marhuenda ha encargado una encuesta express a NC Report. "Uno de cada cuatro simpatizantes de Podemos ya exige la dimisión de Monedero por sus escándalos". El caso es que, según el texto de la noticia, "el 65,2 por ciento" de los podemitas no quiere que Monedero dimita. El 55% "sí cree" las explicaciones que ha dado Monedero. El 58% no ve corrupción por ningún lado. Y el 56,5% está convencido de que Podemos jamás de los jamases se corromperá. ¿Será el podemismo una secta? Tiene todos los ingredientes. Y luego viene Ely del Valle diciendo que "a Podemos se le desmorona la credibilidad a medida que va reproduciendo uno a uno los peores vicios de la casta". ¿Entre quienes pierde credibilidad? ¿Entre los columnistas de La Razón?
La Vanguardia dice que "Mas se distancia de la familia Pujol y sólo responde por él". En el editorial da las gracias a Mas por su tiempo y pone verde a… Junqueras. "La impresión que le queda al ciudadano tras la comparecencia de ayer es que su utilidad fue limitada. Sin embargo, es bueno que en democracia los mandatarios rindan cuentas. A poder ser, sin que ello dependa del capricho o la conveniencia de ciertas fuerzas políticas". Claro que esto no es nada comparado con el análisis de Isabel García Pagán. "Pocos son capaces de soportar en sede parlamentaria un striptease similar sin perder el tono. Mas lo mantuvo hasta para confesar que conocía la existencia de una cuenta de su padre en Liechtenstein", dice al borde de la postración. Menos mal que Pilar Rahola se abstiene de hoy de hablar de Mas, ya vamos bien servidos de vergüenza ajena.