A El Mundo le han colado que "Tania Sánchez abandona IU para crear una nueva formación". Una nueva formación, ya. Lo que quiere es irse al partido de su novio a por un buen carguito, que es lo que está deseando. Tiene el de primera mano a su alcance.
Menos cándido es ABC, que dice que "Tania Sánchez inicia su camino hacia Podemos tras dinamitar IU". "La pareja de Pablo Iglesias consumó su traición a IU Madrid, coalición de la que ha formado parte durante toda su carrera política".
La Razón no se anda por las ramas desde el mismísimo titular de su portada: "Tania Sánchez traiciona a IU y da la mano a Podemos". "Deja Izquierda Unida para formar un nuevo partido de unidad popular tras enfrentarse a la dirección regional y a Cayo Lara". ¿Cayo Lara? ¿Y qué ha hecho Cayo Lara, si se puede saber? Dice Marhuenda que ahora "buscará la seguridad y el confort de Podemos mientras da la espalda a la militancia que hace unas semanas le prestó su apoyo como candidata de IU. Puede haber una deslealtad igual, mayor es difícil". Una candidata de IU que no quería llevar las siglas de IU. Cosas veredes.
Pilar Ferrer hace una dura semblanza de la ya excandidata de IU a la Comunidad de Madrid. "Dura, áspera y resentida". Así la definen sus compañeros de la Asamblea de Madrid. "Bajo esa melena rubia y un indiscutible atractivo personal, esconde una personalidad arisca", unos "modales rocosos, verbo caústico y, sobre todo, controladora y ambiciosa".
Cuenta que el referente de Tania es una miliciana antifranquista llamada Rosario Sánchez Mora, conocida como "La dinamitera" por "su enorme furia en arrasar todo cuanto no fuera comunista. De esta figura femenina aprendió Tania el compromiso político, las ansias de poder y el mando estalinista de apartar todo lo que molesta en tu camino". En Madrid lo ha llevado a la práctica con la dirección de IU, concretamente en las cabezas de Gregorio Gordo y Ángel Pérez, que cometieron la desfachatez de defender las siglas del partido en el que militan.
Como datos autobiográficos, cuenta que es hija de militantes del PCE, que ya apuntaba maneras en el instituto, donde era una "activista de primera" y que fue a perfeccionarse a Suecia. Pero allí se encontró con una socialdemocracia que "se le quedaba pequeña". De vuelta a Madrid, se matriculó en la Universidad Complutense, se enroló en la "cédula roja" de jóvenes del PCE y CCOO y allí conoció a Pablo Iglesias y su mano derecha, Monedero, unos "estalinistas puros según sus compañeros". Fue amor a primera vista, dicen las crónicas.
"Traidora y arribista", siempre según los que la conocen bien, "nadie duda de que alberga una estrategia soviética en su cabeza. Es decir, depurar a cuantos la molesten, como ha hecho con su partido de siempre", dice Pilar Ferrer.
Tan cainita ha sido el asunto, que hasta El País se ha quedado impresionado. Dice que "la federación se rompe en Madrid tras un duro pulso con la cúpula regional". Y que Alberto Garzón, el topo que Podemos ha introducido en IU nacional para continuar la labor de Tania, dice que la marcha de la jefa es "una mala noticia", pero que ya se encargará él de "seguir dando la pelea" para que IU desaparezca y no moleste a Podemos. La culpa ha sido "de la mala gestión de la dirección de Madrid", que se empeñó en presentarse a las elecciones bajo las siglas de IU. Y mientras, Cayo Lara calla y mira para otro lado. Tal vez alguna vez llore como Boabdil lo que no ha sabido defender como lo que es: el coordinador federal de IU. Al menos de momento.