Tras los dedazos sucesivos del PSOE - Manuel Chaves a José Antonio Griñán y éste a Susana Díaz -, el PSOE andaluz perdió las elecciones andaluzas en 2012 ante el PP de Javier Arenas. La llave de historia andaluza la tuvo IU que, en lugar de hacer lo que hizo en Extremadura para desmontar un régimen corrupto e ineficaz, prefirió tocar poder real apoyando a Griñán y a Susana Díaz y suscribiendo un Acuerdo por Andalucía, 75 folios, que incluía aprobar veintiocho leyes, de las que se han aprobado dos, la ley de Transparencia y la de Transexualidad, una notable ineficacia legislativa.
Tras una serie de desencuentros -aunque con la base más que sólida de unos presupuestos aprobados para 2015-, Susana Díaz, interesadamente para IU, para el PP e incluso para Podemos y los partidos minoritarios, ha decidido convocar elecciones anticipadas y así lo ha comunicado ya a IU por teléfono y, posteriormente, a Pedro Sánchez, su secretario general.
Los peligros para el PSOE andaluz
Según los datos de las últimas encuestas, el PSOE sigue bajando en número de votos por la atracción electoral gravitatoria que Podemos ejerce sobre sus bases pero es probable que sea el partido más votado debido a una caída aún más intensa del voto al PP andaluz. No es probable que el PSOE obtenga la mayoría absoluta por lo que deberá disponerse a gobernar en coalición con IU, algo que no parece de recibo; en coalición con Podemos, algo que no parece estar en el horizonte mental de Susana Díaz a pesar de los oscuros movimientos de José Luis Rodríguez Zapatero y José Bono; o, gobernar en solitario y/o con el apoyo concertado con un PP andaluz desvinculado completamente del cambio en Andalucía y al menos en lo que se refiere a los presupuestos y cuestiones de orden.
Otro obstáculo que va a encontrar Susana Díaz va a ser la exigencia unánime de todos los demás partidos para que certifique ante la opinión pública andaluza que pase lo que pase no cambiará Andalucía por Madrid cuando se convoquen las primarias socialistas. Si lo hace, se abriría la aguda hipótesis de que Susana Díaz apoyase la candidatura de Carmen Chacón para la presidencia del gobierno mientras ella espera su oportunidad, dada su juventud, para unos años más tarde. Si no lo hace, evidenciará que piensa en que el tren de Andalucía la lleve a La Moncloa.
El peor riesgo que corre Susana Díaz es no poder formar gobierno con ninguno de los partidos con presencia parlamentaria en Andalucía, lo que le obligaría a un período de inestabilidad sin precedentes y tener que volver a repetir las elecciones a la primera oportunidad. Con un parlamento compuesto por PP, IU, Podemos y tal vez con una exigua minoría de Ciudadanos o Upyd, Susana Díaz tendría que ser elegida por mayoría absoluta en primera vuelta o por mayoría simple en segunda. Si los demás partidos votaran en contra de su candidatura, otros deberían intentar formar gobierno y de no poderse, se deberían convocar nuevas elecciones. Pero si su mayoría simple es indirectamente apoyada por la abstención de IU, Podemos o PP Susana Díaz podría ser presidenta, pero, eso sí, en precario.
Si definitivamente Susana Díaz vuelve sus ojos hacia La Moncloa, debería, de manera inmediata señalar un "sucesor" o "sucesora" en Andalucía por lo que el nombramiento de un vicepresidente o vicepresidenta, en caso de poder hacerlo, sería de la máxima importancia.
Añadamos que los casos de corrupción en los que hay implicado numerosos socialistas en los casos ERE, Invercaria, Formación, Madeja y otros, pueden tener presencia pública insistente en los dos próximos meses porque, aunque la juez Alaya obtenga su puesto en la Audiencia de Sevilla, ello no se sustanciará de manera inmediata. Además, hay otros jueces y otros casos vinculados que podrían deteriorar la imagen de Susana Díaz en estos dos meses.
La situación del PP andaluz
El PP andaluz, a pesar de haber perdido muchos apoyos en las elecciones europeas y seguirlos perdiendo según los sondeos más recientes -nada menos que 19 puntos desde las eleccioens generales de 2011-, tendrá que encontrar urgentemente una vía para volver a ser referente de quienes aspiran a un cambio de rumbo en el Sur de España.
Un descalabro electoral sucesivo en las andaluzas y en las municipales, perdiendo alcaldías y diputaciones significativas, removerían la crisis interna y debilitaría definitivamente la figura de su presidente, Juan Manuel Moreno.
Izquierda Unida y casi "hundida"
La fuerza que pudo haber impulsado el cambio político y moral en Andalucía apoyando la victoria de Javier Arenas, como hizo en Extremadura con José Antonio Monago, será la más perjudicada por la convocatoria electoral porque tiene parte del terreno comido por el PSOE - los comunistas de "orden" prefieren el PSOE a Podemos -, y parte comida por Podemos, lo que hace prever un desgarro electoral sustancial y un desbarajuste interno debido a la catástrofe que se avecina.
El enfrentamiento entre sus alas moderada y radical va a ser inevitable y es más que probable que, como Rosa Aguilar en el caso de Griñán, se reanuden las fugas de importantes figuras al PSOE de Susana Díaz.
A destacar la bisoñez analítica y política de unos nuevos dirigentes radicalizados por el imán Podemos que han facilitado la imagen de deterioro de las relaciones PSOE-IU y han posibilitado la astuta convocatoria de elecciones anticipadas por parte de Susana Díaz.
Podemos no puede llegar a tiempo
La operación electoral de Susana Díaz ha tenido en cuenta que encuesta tras encuesta la ascensión de Podemos es evidente. En la última muestra, ya tenía el 17 por ciento de los votos seguros y era la primera fuerza en intención directa de votos. Pero Podemos en Andalucía no tiene figuras de relieve, ni tiene un análisis pormenorizado de la realidad andaluza como muestran diariamente sus dirigentes. Por no tener no tiene ni candidato/a a la presidencia de la Junta, algo que tendrá en febrero poco antes del comienzo de la campaña electoral.
La estructura del poder político y social en Andalucía, en las zonas rurales y en los medios laborales y sindicales benefician al PSOE y el control de Canal Sur garantiza un mal trato sistemático a la formación radical que ha declarado la guerra personal a Susana Díaz. Poco acostumbrados a la crítica, Podemos no resistiría un debate televisado, incluso si no es manipulado, si se obstina en consignas generales y frases de manual de política inconcreta.
Cambiar todo eso en días sin estructuras sólidas y sin experiencia -ya han metido la pata varias veces sin verse forzados a ello -, no les va a ser posible. Como mucho podrán optar a ser profesionales de la crisis favoreciendo la ingobernabilidad, algo que pagarían después en nuevas elecciones.
De todos modos, Podemos obtendría el púlpito parlamentario y presencia en los medios de comunicación, artefactos certeros e la hora de catapultar su imagen política y seguir creciendo en los próximos años.
UPyD, Ciudadanos y el Partido Andalucista
En las últimas convocatorias electorales, siempre se creyó que UPyD alcanzaría, por fin, un escaño cuando menos en el parlamento andaluz, pero ello aún no ha ocurrido. Es más, desde febrero, su intención de voto ha disminuido. Ciudadanos está creciendo, obteniendo votos sobre todo entre los desencantados del PP, pero no parece que pueda obtener plaza parlamentaria. El Partido Andalucista, culpable como IU de haber ayudado al régimen y partidario de un nacionalismo poco admirado en Andalucía, está estancado en un insuficiente 2,5 por ciento.
De todos modos, aunque alguno de ellos obtuviera uno o dos diputados, tendrían que darse condiciones mágicas para que pudieran influir en la formación de un gobierno.
En este panorama complejo, con la crisis interna del PSOE de por medio y con un PP crecido por el éxito económico, Susana Díaz puede ganar en Andalucía pero es una aventura peligrosa para ella, para su partido y para una Andalucía que no aprovechará lo suficiente los primeros signos de la recuperación.