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Artículo en 'El País': "La yihad es un acto de insumisión ante una Europa negadora"

La prensa sigue conmocionada por el ataque en Francia y dándole vueltas a qué hacer con el islam.

El Mundo opta por lo local. "Interior refuerza el control a 100 islamistas en España". Casimiro García-Abadillo reflexiona sobre la respuesta que hay que dar a quienes, "mediante el asesinato y el terror, atentan contra los valores que son la esencia de nuestra sociedad". Por un lado dice que "la prudencia no debería dar pie a un falso respeto que, en demasiadas ocasiones, esconde absurdos complejos o el miedo a tomar decisiones que podrían molestar al colectivo musulmán". Pero por otra parte, "la tolerancia y la libertad son la esencia de la civilización europea y lo que le ha hecho progresar", por lo que "entre la respuesta desproporcionada e irracional y la inacción pusilánime cabe exhibir firmeza en la defensa de valores que son universales, como el respeto a la vida y a los derechos humanos". Exhibir firmeza. ¿Cómo no se nos había ocurrido antes? Pero si estaba ahí mismo, ¿cómo no lo hemos visto antes? Unas cuantas exhibiciones de firmeza y acabamos con los atentados islamistas en un periquete. Gracias Casimiro.

Federico Jiménez Losantos cree que está todo perdido, porque "en Europa y USA el terrorismo ya ha impuesto una severa forma de respeto en los medios y la clase política: la autocensura autodenominada sensibilidad". Federico no entra "en la sensibilidad del accionariado y la cartera publicitaria" de los medios que se han negado a publicar las caricaturas, pero "el hecho es que su sensibilidad ha estado con los que pueden matar y matan; no con los que pueden morir y mueren. Y con ellos está la mayoría de los medios y los políticos occidentales. Ahora dicen temer que gane la extrema derecha. Su sensibilidad se lo haría pronto llevadero. Entre doblar dos rodillas o una, incluso hallarían cierto alivio". Raúl del Pozo dice que "Europa ha criado los chacales". "Una segunda generación de musulmanes que siente complejo de culpa por la herejía de sus padres; así que van al frente y vuelven a inmolarse". Ya, pues parece que a los del Charlie Hebdo no les mola nada inmolarse, se han hecho un 'pies para qué os quiero' muy occidental y se están resistiendo como titanes. "Es muy difícil luchar contra alguien que entrega su vida como ofrenda a Dios. Demos gracias, suelen decir los responsables de la seguridad, de que entre los millones de musulmanes que hay en Europa los dispuestos al martirio son una ínfima minoría. También creen que dar pasos equivocados podría avivar esa bomba atómica llamada matar muriendo". Bueno, no se les ve mucho por la labor a los yihadistas nacidos en Europa. Parece que les convence mucho más el wasap y el iPod que lo del paraíso y que no se han tragado lo de las mil vírgenes esperándoles.

El País dice que "los atacantes de Charlie Hebdo actuaron al modo de Al Qaeda". Y creerán que han descubierto América, los chicos de El País. Un editorial enmarañado y prácticamente ininteligible dice que Hollande "ha estado en su sitio llamando a la unidad", pero que "sería una señal pésima que la matanza acelerase las fracturas y las fragilidades de la sociedad, el gran peligro latente tras la unidad mantenida en los días de duelo". Luego se mete con Le Pen, de la que dice que de momento no ha hecho nada, pero que seguro que lo hará, "sin duda tratará de sacar ventajas políticas de su línea antiinmigración". Hace un repaso por la vida en las barriadas de París y la crisis y dice que es "inútil debatirse en las dudas sobre la comunidad musulmana que vive en Francia y sobre el mundo islámico en su conjunto: ahí no está el enemigo". Sin especificar dónde está, dice que "lo que resulta inaceptable es acusar de cobardes o ingenuos a los que no están dispuestos a que las libertades retrocedan con el pretexto de que hay terrorismo". Y acaba con esta bobada: "El clima político y social previo no permite engañarse sobre la pervivencia de la sangre fría y de las energías positivas desplegadas durante las primeras jornadas. Por eso hay que exigir seriamente a los franceses que no permitan la desestabilización de su país, se mantengan firmes, y demuestren que el terror no puede prevalecer". Menudo sermón que les ha soltado.

Mucho más clara es Luz Gómez, una profesora de árabe, que escribe un artículo en el que dice que "el islam no es culpable", que en realidad la culpa la tenemos nosotros. "Europa está cegada por la falsa percepción de la amenaza musulmana". ¿Falsa? ¿Es lo de Charlie Hebdo producto de nuestra imaginación? "Europa tiene muchos problemas, pero el islam no es uno de ellos" y "hacer la yihad es un acto de insumisión ante una Europa negadora". "El futuro no puede ser mas sombrío. Un primer paso para prevenir la oleada de represalias antiislamistas que se avecina es llamar a las cosas por su nombre. Pero a la clase política europea le sigue costando pronunciar el término islamofobia". Sin palabras me ha dejado la señora. ¿Pero quién está matando a quién?

"Francia, la mayor caza al hombre", titula ABC muy peliculero. "Casi 90.000 policías buscan a los asesinos de Charlie Hebdo". ¿90.000 contra dos? ¿Y no les han cogido? Pues son un poco torpes, la verdad. Dice Bieito Rubido que "la espiral terrorista es una evidencia innegable. Y, aunque los gobiernos europeos no quieran caer en el alarmismo, supone la traslación de la yihad a las calles de Europa. Aceptar esta realidad es la primera condición para hacer frente al nuevo terrorismo integrista (…) Si no es una declaración de guerra, se le parece mucho". Dice Bietio que ahora "se multiplican las voces contra reacciones islamofóbicas, pero no hay que olvidar que se trató de un atentado islamista y eso no puede ser despreciado en aras de la corrección política. A las comunidades islámicas no hay que estigmatizarlas, pero tampoco exonerarlas de su reponsabilidades. La islamofobia es una degradación inaceptable de los valores democráticos de Europa. La ceguera ante la radicalización de muchos jóvenes europeos musulmanes es una temeridad que alimenta la reacción de los islamófobos". ABC debía mandar editorialistas a El País, a ver si se les entiende. David Gistau escribe hoy su columna en francés. Dice que "este es mi homenaje: aportar a este periódico la lengua con la que pensaban y escribían Charb, Wolinski o Cabu". ¿Qué, listillo? Y sin utilizar el traductor de Google. Hermann Tertsch dice que "Francia está desde el miércoles en estado de excepción, lo va a estar mucho tiempo y nada debe descartar que gran parte o toda Europa también lo esté pronto (...) El peligro no pasará nunca". Hermann siempre tan optimista. Carlos Herrera manifiesta su "desdén por la miseria moral de aquellos que manejan lenguajes confusos", los adversativos de los que hablaba ayer Arcadi. "Occidente no puede silbar y buscar excusas pobres en antiguos colonialismos, debe exigir al supuesto islam moderado que sean los primeros en acabar con ellos (...) La sociedad occidental debe dejarse de remilgos multiculturalistas". Te van a llamar islamofóbico, Carlos, que lo sepas.

La Razon también va por la "caza al yihadista". Pedro Narváez está hasta la coronilla de "los chiflados" que "piden perdón por nada". Y del "terrorismo verbal" que practican algunos porque "así pueden expresarse porque les ampara la libertad que desprecian". Y José María Marco se pone muy trascendental. "Hay que esforzarse por entender cuál es la clave interna en la que estos ataques deben ser interpretados" y "antes de lanzarnos a las grandes reflexiones sobre la democracia y el islam conviene reflexionar si con ellas no estaremos contribuyendo a cerrar aún más la vía de salida a muchos millones de personas (…) Hay que ser más prudentes y más imaginativos". Pues con toda la prudencia y sin ninguna imaginación lo que ha pasado es que dos asesinos armados hasta los dientes entraron el miércoles en una redacción y al grito de Alá es grande asesinaron sin miramientos a doce personas. A una que se les iba a escapar la remataron en el suelo. Y mira que me esfuerzo, pero no entiendo la clave, ni interna ni externa.

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