Definitivamente, 2014 no ha sido un buen año para UPyD: estancamiento en intención de voto; salidas traumáticas de dirigentes tan señalados como Francisco Sosa Wagner; un frustrado proceso de negociación con Ciudadanos del que la formación magenta se queja de haber recibido el peor trato mediático y como guinda, en estos últimos días del año, el recrudecimiento de dos frentes de su crisis interna: por un lado el centenar de militantes y cargos públicos que piden un Congreso extraordinario para apear del liderazgo del partido a Rosa Díez y por el otro la descapitalización política del partido en una determinada comunidad autónoma, la de Murcia.
Encabezados por el eurodiputado Enrique Calvet, sustituto del dimitido Sosa Wagner, más de un centenar de militantes del partido insisten en su reclamación de un Congreso extraordinario que se convoque de manera urgente. "Va a ser inevitable, aunque demasiado tarde. Se hará en enero o en junio, pero se hará" Ha dicho Calvet en una rueda de prensa celebrada junto a otros dos críticos distinguidos: Aurora Sotos y Juan Rubio. Los críticos creen aún en el proyecto magenta "UPyD es irreemplazable y su Manifiesto fundacional una auténtica joya de la literatura política" asegura Sotos, pero estiman indispensable un cambio de rumbo. Parabienes parecidos recibe la propio Rosa Díez, a la que han dirigido un carta con petición de reunión que no ha sido atendida. Unos elogios expresados así por Rubio: "nadie puede discutir su coraje, el milagro político que obró en 2008 al entrar en el Congreso y que representa un símbolo de este partido, la mejor presidenta de honor que pueda tener" no exentos de dura crítica a su labor ejecutiva. En palabras del eurodiputado Calvet "haberse quedado en 6.000 militantes es una auténtica vergüenza que debería haber hecho dimitir a sus responsables. Necesitamos al menos 30.000 si queremos cambiar España, que para eso fundamos este partido. Si hubiese querido meterme en un partido friki, francamente, tenía otras opciones".
De las fisuras internas en UPyD da buena cuenta la situación de su grupo en la Eurocámara, literalmente partido por la mitad entre las `oficialistas´ Maite Pagazaurtundua y Beatriz Becerra y los `díscolos´ Calvet y Fernando Maura, cuya participación en un acto con Albert Rivera han defendido, recordando que Rosa Díez hizo lo mismo en 2006, cuando nacía Ciudadanos y Díez era aún eurodiputada del PSOE. Esa fisura se agrava con la iniciativa impulsada esta semana por Pagazaurtundua, jefa de la delegación de UPyD, y finalmente rechazada por la mayoría de la Eurocámara, para que se fiscalicen los 4.299 euros mensuales que reciben los europarlamentarios en concepto de dieta para gastos generales. Algo que levanta la indignación de Calvet: "ese dinero es para gastos de trabajo, teléfonos de asistentes, unas tablets que les voy a comprar para su trabajo o los viajes en nuestra circunscripción, España. Yo llevaré todos los gastos a una auditoria independiente que controlará la Eurocámara, y cada tres meses daré cuenta de los gastos. Mi partido me pedía otra cosa, aparte de saber mis extractos bancarios, que ya es la repera, querían que presentase las facturas por, como dicen los juristas, curiosidad in morbo. Transparencia toda, pero no voy a permitir que utilicen una información sensible para desprestigiarme. Yo llevo en las instituciones europeas desde los años ochenta. Pagazaurtundua es una gran compañera y con mucha sensibilidad, pero el puesto de jefe de delegación le viene grande".
Los que ya se han ido
Hay otros militantes y dirigentes de UPyD que ni siquiera confían en arreglar las cosas desde el debate interno. Por eso han comenzado a abandonar en masa el partido. Es lo que ha ocurrido esta semana en Murcia, donde la formación magenta ha perdido el 80% de sus agrupaciones, quedándose sin ella en Caravaca de la Cruz, Aguilas o Cieza. Ante la deserción masiva, el candidato de UPyD a la Asamblea de Madrid, Ramón Marcos, en declaraciones a ABC, la ha minimizado afirmando que en realidad sólo se han cursado veintitrés bajas. Alguno de los que han dado el paso, que prefiere mantener el anonimato, responde a través de Libertad Digital "claro, mi baja por ejemplo no la han querido tramitar aún. Sabíamos que en este partido es muy difícil entrar, afiliarse, pero lo que no sabíamos es que es igual de difícil salir". Los ya ex militantes de UPyD aseguran que las primarias siempre las ganan gente respaldada por el aparato del partido y denuncian la obsesión por judicializar todo que tiene la dirección que encabeza Rosa Díez "lo de Bankia estuvo bien, pero tampoco nos podemos convertir en la Fiscalía". En el mismo argumento han insistido en su rueda de prensa en Madrid quienes piden un Congreso Extraordinario, según Juan Rubio: "debemos combatir la corrupción, sí, pero fundamentalmente en las instituciones, que es para lo que los ciudadanos nos han mandatado".
En una entrevista exclusiva concedida a Libertad Digital, que se publicará este fin de semana, el número de UPyD Carlos Martínez Gorriarán acusa a los críticos de ser personas que han ido perdiendo las más de seiscientas primarias celebradas desde la fundación del partido. Asegura que la transparencia y la democracia interna tienen ese problema, el de gente que se marcha dando un portazo tras perder en las urnas. Gorrirán reconoce asimismo el estancamiento electoral de la formación magenta pero asegura, citando cuatro encuestas recientes, que han empezado a remontar la situación.