El Rey y el presidente se repartieron la tarea de exhibir la mejoría de la economía patria en Veracruz (México), donde se celebra hasta el martes la Cumbre Iberoamericana. "Estamos recuperando nuestro crecimiento, lo que es un claro signo de mejora", afirmó Felipe VI -convertido en el gran protagonista de los prolegómenos del cónclave-. Mariano Rajoy fue más allá y llegó a avanzar que España podría crecer más del 2% en 2015, muy por encima de las tradicionales potencias de la Unión Europea.
Las cifras, a ojos de Rajoy, corroboran que la crisis está llegando a su fin. "En el último trimestre hemos crecido más que nadie en la zona euro, España ha sido el país de los grandes que más ha crecido y, este año, va a ser el que más crezca de la zona euro y el que más empleo que cree", fue su resumen en un encuentro con empresarios. "Los desequilibrios se empiezan a superar, se está bajando el déficit público, pero ha sido duro, difícil, y hemos tenido que pedirles esfuerzos importantes al conjunto de los españoles", destacó, no sin recordar el aplauso recibido por los grandes de la economía en el último G-20.
Horas más tarde, en el III Foro de la Comunicación que el Ejecutivo español organiza en los márgenes de la cumbre propiamente dicha, el presidente insistió en vender las bondades de la economía nacional. Más aún, se erigió como valedor del cambio frente a las "ocurrencias" y las "frivolidades" que plantean otras fuerzas políticas. No citó a ninguna pero Rajoy se marchó de Madrid cargando contra el PSOE por criticar ahora la reforma del artículo 135 de la Constitución.
"España, en materia de política económica, no puede dar ni un paso atrás. España necesita seguir haciendo reformas. No caben en economía ocurrencias ni frivolidades y cualquier rectificación de lo hecho comenzaría a ser un gran error", afirmó, según recoge la agencia EFE. Según el presidente, lo que debería de hacer Pedro Sánchez es retomar la "sensatez" -en voz de sus asesores- y que apoyara al Gobierno en su plan de reformas y, en especial, en su hoja de ruta en Bruselas –antes de que termine el año, habrá un Consejo Europeo que de nuevo se antoja decisivo-.
Ante los líderes internacionales, cree el Gobierno, es fundamental dejar bien claro que las reformas van a continuar. Y Rajoy mostró su determinación de "continuar liderando" las medidas que sean necesarias "para conseguir que la recuperación se consolide, sea más potente y se traduzca en una creación sólida de empleo". Y ello el mismo día que Bruselas exigía más ajustes para controlar el déficit público. "Las reformas son un instrumento imprescindible para que las naciones prosperes y el bienestar llegue a los ciudadanos" pese a que "nunca resultan fáciles de hacer", argumentó. Y todavía lamentó la contestación continua de los partidos de la oposición: "no es fácil encontrar a veces socios para hacerlas, no granjean popularidad", se quejó.
Más crecimiento en 2015
Sea como fuere, el Gobierno cree que la recuperación ya es un hecho e irá a más. Y en este punto el presidente no disimuló su optimismo: el pronóstico del Ejecutivo es que en 2015 habrá un crecimiento superior al 2%. Así lo deslizó el presidente: "Si algunos acontecimiento que se están produciendo, que afectan al tipo de cambio y los precios de las materias se mantienen, España puede crecer más del 2%".
"España vuelve a ser un magnífico país de oportunidades para invertir", intentó animar Rajoy a los empresarios locales. Las relaciones con América Latina viven una "auténtica edad de oro", según proclamó con datos en la mano.
En paralelo, el Rey -vestido con guayabera en presencia del anfitrión, el presidente Peña Nieto- también ensalzó la recuperación nacional aunque puso el acento en que el gran problema del desempleo aún no se ha solucionado y es "un desafío que afecta gravemente a muchos de nuestros ciudadanos porque lastra el futuro de nuestros jóvenes". Don Felipe ya acompañó a Rajoy en la anterior cumbre, en la que mostraron gran compenetración pero entonces asistía aún como invitado porque seguía reinando su padre.