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Libres e Iguales defiende la Constitución en 'El País'

El colectivo denuncia el "afán adánico" del que es víctima gran parte de la política española.

Lectura del manifiesto fundacional de Libres e Iguales | EFE

Con motivo del aniversario constitucional, el colectivo Libres e Iguales publica este domingo en El País un artículo titulado "La España constituida" con el Nobel Mario Vargas Llosa y la diputada del PP Cayetana Álvarez de Toledo como firmas más visibles. El texto defiende la Constitución de 1978 como "el ejemplo más consistente y realizado de la tercera España con la que soñaron los mejores políticos e intelectuales de los años treinta silenciados, cuando no aplastados, por la Guerra Civil" y pone serios reparos a las actuales propuestas de reforma de la Carta Magna, aun cuando las considera legítimas: "Para empezar, hay que distinguir entre la posibilidad de emendar la Constitución, por ejemplo en lo referido al déficit o la sucesión a la Corona , y su reforma: en más de 200 años, la Constitución de EEUU ha sido enmendada tan solo 27 veces y reformada ninguna".

El artículo, que también firman Félix de Azúa, Nicolás Redondo Terreros, Fernando Savater y Andrés Trapiello, rebate a quienes consideran que el régimen de 1978 "lleva el estigma de Caín del franquismo" algo que consideran una grave distorsión de la realidad: "La Constitución de 1978 fue resultado de un pacto entre demócratas, perfectamente legitimados por las elecciones del 15 de junio de 1977. Unos demócratas que respecto a la cuestión territorial actuaron entre dos extremos: el centralismo y el independentismo. Y que mientras refirmaban, al estilo e Francia, Italia, Alemania y la abrumadora mayoría de democracias, la indisolubilidad del Estado siempre y cuando esta Constitución rigiera y establecían un sujeto de soberanía formado por el conjunto de los españoles, también diseñaban una descentralización del poder que por su amplitud y profundidad tenía pocos precedentes".

Libres e Iguales, que nació este verano como respuesta al proceso secesionista del 9-N, recuerda, dentro de su defensa del marco constitucional vigente, que éste se construyó con renuncias de todas las partes: "Una tercera vía que para algunos de nosotros incluía privilegios y ceremonias étnicas difíciles de tragar, como todo lo referente a los supuestos derechos históricos de algunas regiones y sus consecuencias, fundamentalmente económicas, pero que que cabía inscribir en la lógica de satisfacción insatisfecha de todo pacto y en la perentoria necesidad de la paz civil ente españoles distintos".

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