Tras la muerte de un seguidor radical del Deportivo de la Coruña el pasado domingo en Madrid en una batalla campal contra los ultras del Altético de Madrid se ha puesto el foco en la Policía por no haber tenido prevista esta descomunal pelea con más de 200 implicados.
En Es Noticia de esRadio el secretario general del Sindicato Independiente de la Policía Española (SIPE), Alfredo Perdiguero, ha comentado cómo fue la actuación policial y cómo se podía haber evitado la pelea entre grupos radicales.
Ha señalado que las brigadas de información desconocían que se habían citado para pegarse porque no había sido por las redes sociales sino por WhatsApp y para poder acceder a esas conversaciones hace falta autorización judicial porque "es una conversación particular".
También ha señalado que el operativo policial estaba montado para un partido calificado por la Comisión del Deporte de "bajo riesgo" y que la actuación de la Policía en cuanto se supo lo que estaba ocurriendo fue rápida.
Alfredo Perdiguero ha explicado que "las Unidades de Intervención Policial (UIP) estaban a punto de entrar en servicio" cuando se recibió una llamada a las nueve menos diez avisando que habían visto a un aficionado del Deportivo ensangrentado. En ese instante acudieron patrullas al lugar del incidente y al ver lo que había llamaron a las UIP disponibles.
El secretario general del SIPE ha remarcado que "no era un acto deportivo, eran gente de extrema izquierda contra gente de extrema derecha que habían quedado para pegarse". Resume que sólo hay que ver "la cantidad de piedras, cuchillos, navajas, palos y barras de hierro que había en las papeleras y debajo de los coches cuando llegó la Policía".
Esa gente "no iba con intención de hacer bien, iban a hacer el mayor daño posible" y la prueba es que "hay un fallecido que, aunque fuese a lo que fuese, no se puede consentir que suceda lo que vimos en un Estado de Derecho".
Sobre la quedada, ha contado que "salieron dos autobuses de Lugo en vez que desde La Coruña" y mandaron "dos coches de lanzadera para comprobar que no había ningún tipo de control que les parase antes de llegar a Madrid". Los ultras "tenían todo muy bien planificado y por desgracia nosotros no lo sabíamos".