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'El País' no se conforma con Ana Mato: pide la cabeza de Rajoy y elecciones ya

La prensa da cuenta de un hecho insólito: Rajoy sabe tomar decisiones cuando las cosas le afectan a él.

"Rajoy deja caer a Mato", dice El Mundo. Que vale que no veas un Jaguar en tu garaje, que vale que no sepas quién te paga los cumples, que vale que no sepas qué hacer en una crisis sanitaria cuando eres ministra de Sanidad, pero a mí no me jodes un discurso en el Congreso. Dice el editorial que la dimisión es "oportuna", que el auto de Ruz "le había estallado a Mariano Rajoy en el peor momento posible", los jueces siempre tan inoportunos. "Está claro que el presidente ha forzado la salida" de Mato porque "no podía subirse hoy a la tribuna de oradores con Ana Mato escuchándolo desde su escaño de Gobierno. Rajoy necesita convencer a los ciudadanos de que su apuesta por la regeneración es sincera". Pues tiene trabajo. Como nunca llueve a gusto de todos, el disgusto de Ana Mato ha aliviado la congoja de Victoria Prego, que se da el gustazo de poner a parir al marido. "Es verdad que Ana Mato está pagando por los desmanes de su marido, pero también es verdad que ella es responsable de no haber atajado a tiempo su relación con él. Convivir con un sinvergüenza hace muy difícil conseguir que ninguno de sus manejos te toque, aunque sea de refilón", dice en plan madre. Además, ella "nunca indagó de dónde sacaba Sepúlveda el dinero" ni le preguntó por "el famoso bolso Vuitton, que no fue comprado para ella, y lo sabía". ¿Y para quién era? Menuda pieza, el Sepúlveda. En fin, que Ana "tenía que dimitir o ser destituida, no podía seguir ahí ni un segundo más, so pena de cargarse, con su sola presencia, toda la estrategia del gobierno y de su presidente". Qué vida tan trágica, pobre Ana. Lucía Méndez explica por qué aguantó lo que aguantó. Es que era una "niña unida al PP por un cordón umbilical". Tan infantil e inocente que Manuel Jabois le atribuye "la frase más pija de la Historia. Preguntada sobre su momento más feliz del día, contestó: 'Por la mañana, cuando veo cómo visten a mis niños'". Eso ha sido bueno.

El País dice que "el caso Gürtel golpea al Gobierno y fuerza a Rajoy a relevar a Mato". En páginas interiores cambia de tono y dice que es Ana Mato la que dimite "para no hundir a Rajoy". Intento vano, porque según El País, "Rajoy se encuentra en una posición insostenible: el Gobierno carece de nervio, de ideas, de credibilidad para la regeneración de la democracia (…) Esto es sólo un anticipo de los estragos que el proceso de la trama Gürtel puede causar a un gobierno débil. Se hace difícil pensar que la legislatura en curso pueda continuar un año más". Ya ves presidente, ni la carnaza de Mato les ha saciado. Te quieren a ti, con la de cosas que has hecho por ellos. Ingratos.

ABC dice que "la sombra de la trama Gürtel tumba a Ana Mato". "Rajoy sacrifica a Ana Mato". Bieito Rubido dice que a buenas horas mangas verdad, que "la salida de Ana Mato del Gobierno pudo y debió haberse producido hace mucho tiempo". Se ha olido que podría estropearle su discurso y, oye, "ha decidido actuar con la contundencia que hasta ahora se le ha echado en falta". Zas, de un tajo. Ignacio Camacho explica que la ministra era un purito desastre, que "tan difícil es entender que Ana Mato fuese nombrada ministra como que haya tardado tanto en dejar de serlo". Que era una metepatas incorregible, pero "el jefe del Gobierno se había resistido a destituirla en un cuestionable intento de deslindar responsabilidades y para no achicarse ante la presión mediática y política". Pero ¡ay!, "el problema que dejó pudrir le ha estallado al presidente en la cara en un momento especialmente abrasivo e inoportuno, la víspera de comparecer en el Congreso para debatir sobre corrupción". Y por ahí no pasa.

La Razón no se anda por las ramas. "Moncloa fuerza el cese de Mato ante le debate contra la corrupción". Qué convicciones éticas ni qué niño muerto. Marhuenda tiene uno de esos días con la gracia subida y dice que en realidad la exministra no hecho nada, pero que "no parecía adecuado que Ana Mato se mantuviera como miembro de un gobierno que está empeñado en la lucha contra la corrupción y que ha llevado a cabo una notable labor legislativa para dotar a la sociedad de nuevos instrumentos legales que garanticen la transparencia de las instituciones y el buen empleo del dinero público". ¿A que es para partirse? Pues esperen, que sigo. "Ana Mato ha sido una buena ministra de Sanidad que tuvo que enfrentarse, con notable éxito, a una grave emergencia sanitaria como el ébola". Qué salao es Marhuenda. Pilar Ferrer no se ha enterado del jolgorio y se pone seria. "El fracaso de su gestión era un clamor y su salida un cese anunciado". Ana Mato era "la eterna cuestionada niña del PP". Y dale molinos con la niña, que ya tenía sus añitos.

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