España ya no es un país de folclóricas. Alguna queda, pero son una especie en extinción, como el lince ibérico y el VHS. En general, o bien han muerto, o bien están en la cárcel. Las nuevas musas -y musos- del telespañolito, que diría Sabina, no cantan con traje de lunares ni menean su peineta por bulerías, sino que se desgañitan y sacan las garras por Rajoy, Pablo Iglesias o Pedro Sánchez -según el partido que gasten- en los platós de televisión. Son tertulianas y, en el caso de la mujer que nos ocupa, además, tienen un cargo político. La diputada del PP por Valladolid, María Arenales Serrano, no quiere ser vista como 'una Jurado' audiovisual, sino como alguien que se sirve de una plataforma para defender las políticas de su partido y del Gobierno. Hablamos con ella:
P: ¿Son las tertulianas las nuevas folclóricas de la España popular?
R: No me gustaría. Los medios o las nuevas tecnologías son una plataforma para poder contar a lo que nos dedicamos en el Gobierno, en el PP, o por qué me he metido en política. De ahí a que se haga circo... a mí no me gusta. Y he estado en algún programa donde aquello era más un circo mediático que un debate sosegado, que es lo que requiere la situación de los españoles en este momento. No querría ser folclórica, además, que canto de pena. La política es una cosa muy seria.
P: ¿Dónde se hace más política: en el Congreso de los Diputados o en el programa de Cintora?
R: Yo voy a todos los sitios a explicar lo que estoy haciendo, pero un Parlamento es un Parlamento. El jueves tenemos un debate muy serio. Van a entrar dos leyes que apuntan a la regeneración democrática. Va a haber unos paquetes de medidas muy importantes para evitar y castigar la corrupción. La televisión te da una pincelada. Pero si tienes interés en algo, tú te ves un debate. Veo a la gente entrando poco a la web del Congreso.
P: Que se lo digan a Podemos.
R: Podemos está calando tanto porque hace populismo. Es difícil encontrar definiciones claras sobre "populismo". Desde mi punto de vista, no está haciendo lo que se debe hacer ni en el "qué" ni en el "cómo". La política es explicar medidas que mejoren la vida de los españoles. Para eso, hace falta utilizar el raciocinio, y ellos lo que hacen es mover la emoción, la entraña. Canalizan la rabia, la ira. Llegan a través de televisión y de las redes sociales, y es verdad que esas redes se pueden utilizar, pero la política es mucho más que eso. Por eso no quieren presentarse a las municipales: para las municipales hay que patearse los pueblos, la provincia, hablar con la gente. Además, como se están llevando lo mejorcito, a lo mejor se encuentran con alguna sorpresa en los municipios.
P: ¿Está haciendo el Gobierno las cosas todo lo bien que puede?
R: Entiendo que sí. Que todo lo que haga, lo hagamos bien... doy por hecho que no, nos equivocaremos. Tenemos que ser objetivos. En 2011, España estaba al borde de una quiebra. Había editoriales que exigían al presidente del Gobierno que pidiese el rescate. Afortunadamente, no estamos en Portugal. Si seguíamos con todo lo que teníamos, esto hubiera seguido con la sangría de paro que teníamos. Se está haciendo una infinidad de reformas, lo que había no funcionaba. Pido mucha paciencia, sé que las medidas han sido duras, pero dará resultados. ¿Qué es lo bueno que tenemos ahora, que no teníamos con el PSOE? Una buena dirección.
P: Pedro J. Ramírez lo definió como un estafermo.
R: No, no, para nada. Todo lo contrario. Está mirando por los intereses de los españoles. Tiene capacidad, templanza, formación, y ese poso de una persona de sus años que le permite hacerlo. Sé que ahora está de moda lo nuevo, pero la experiencia es un grado.
P: Voy a pedirle que juegue, por un momento, a ser periodista. Deme un titular, un solo titular, para los siguientes conceptos. El primero, Bolinaga.
R: Desasosiego que esté en la calle.
P: Subida de impuestos.
R: Duro, pero necesario.
P: Luis Bárcenas.
R: Una vergüenza.
P: Se está criticando mucho a Podemos por el control que pretende imponer a los medios de comunicación en caso de que ganen las elecciones. ¿Qué opina de la mediación del Gobierno a la hora de conceder créditos a El País, o de la destitución de Pedro J. Ramírez como director de El Mundo?
R: Me cuesta muchísimo creerme todo eso. Es otorgarle un poder omnímodo a determinadas personas. Hay un discurso que es fácil que cale: que los poderosos amañan las cosas. Pero la realidad está demostrando lo contrario. En un Estado de derecho es muy difícil que una persona acumule tantísimo poder. Ojo, la vida tiene muchos matices: a lo mejor hay una parte de verdad, pero puede que haya otro tipo de razones: empresariales, de unidad de mercado...
P: El día que la conocí, León de la Riva se definió como un "verso suelto" del PP. Políticamente, ¿cómo se definiría usted?
R: Soy liberal, con un altísimo contenido social. Soy una política con casta, no de casta. Soy economista, he leído mucho sobre los modelos económicos, y tengo meridianamente claro que los modelos socialistas, y no te digo ya los comunistas, han fracasado.
P: Y, personalmente, ¿cómo se describiría?
R: Peleona, vehemente y trabajadora.
P: ¿Qué es lo que más le gusta a Arenales Serrano de Arenales Serrano? No me vale el "todo".
R: La raza.
P: ¿Cómo es posible que alguien se case con un negro en EEUU y se dé cuenta de ello en España?
R: Después de estar ocho años con un estupendo señor y marido, eso fue una cosa que lo dijimos a título de broma, se sacó fuera de contexto y llevó a equívocos.
P: Escandalizó mucho, sobre todo, en gente de sus filas.
R: Hay que ser estúpido. ¿Por qué puede escandalizar eso?
P: Será España un país frígido.
R: Puedo compartir parte de eso, aunque creo que hay mucha modernidad. Mi exmarido vino a España y me habló maravillas de Madrid. Pero le costó adaptarse a Valladolid. Habiéndome casado con él, me dí cuenta de que la mayoría de los españoles no somos racistas, sino clasistas.
P: Explíqueme mejor eso.
R: Sí, hay clasismo en España. La gente mira mucho la clase social a la que perteneces.
P: Cuando le llaman "musa" o "venus" de la derecha, ¿qué piensa?
R: No soy consciente de que lo sea. Lo puedo interpretar como halago, pero lo tomo como una sorpresa. Soy una persona normal.
P: Pues será de las pocas que, al menos, aparentemente, hay en su partido o en la clase política.
R: El PP está lleno de gente normal.
P: Parece lo contrario.
R: Es un problema gravísimo de comunicación. Ahí flaqueamos.
P: La verdad es que Floriano o Rafael Hernando no son, precisamente, Cicerón. Por no hablar de la comparecencia de Ana Mato tras el primer contagio de ébola fuera de África...
R: Ahí flaqueamos. Tenemos un gran problema de comunicación, y tenemos que trabajar más y mejor.
P: Volviendo a lo frívolo, ya habló del sex-appeal de Pedro Sánchez o Rajoy. ¿Qué le parece Pablo Iglesias?
R: Soy libre, abierta y respetuosa, pero no soy frívola. Lo de Pedro Sánchez y Rajoy es mentira, fruto del corta-pega. No tenemos que ser rígidos, pero yo, de frívola, no tengo nada. No soy frivolona. Eso sí, no soy una persona encorsetada. No me gusta ser de cartón. Cuando veo a algún compañero que parece de cartón, no me gusta. Necesito personas humanas. Dicho esto, respeto a Pablo Iglesias, me cae bien, pero no es mi tipo.
P: Para engatusarla, ¿una canción de Sabina, una de Julio Iglesias, o un reggaeton golfo?
R: Uy... Con los Rolling Stones. O con Bruce Springsteen. Engatusarme es difícil, pero se me enamora o se me seduce con la cabeza, con sentido del humor. Son dos cosas que van muy unidas. Con los valores también.
P: Finalmente, pongamos que son las seis de la mañana, coge un ascensor y se encuentra con León de la Riva. ¿Qué haría?
R: Le diría: "Buenas noches, alcalde".