Este domingo es "el peor de los últimos 40 años" para Pedro J. Ramírez. El exdirector de El Mundo, que la semana pasada tuvo que recurrir a un medio digital para publicar su célebre sábana dominical, arremete contra el diario que fundó hace 25 años en un extenso texto en su página de Facebook al que da publicidad también en su perfil de Twitter lanzando el hashtag #unadedos. Además, anuncia la presentación de una demanda contra RCS, el grupo editor del periódico, esta misma semana.
Buenos y amordazados días. Acabo de colgar en FB mi petición de que #unadedos o me publiquen en EM o pueda hacerlo en otro periódico. Leedla
— Pedro J. Ramirez (@pedroj_ramirez) noviembre 16, 2014
El veterano periodista riojano explica así la alternativa que plantea: "o Casimiro [García-Abadillo] me permite volver a escribir en El Mundo o Galiano [Antonio Fernández, consejero delegado de Unidad Editorial] me permite hacerlo en el periódico que yo quiera" y pide a los lectores del rotativo y a la opinión pública en general que secunden su petición porque, asegura, "están en juego valores constitucionales que afectan a la calidad de nuestra democracia".
El que fuese director del extinto Diario 16 y cronista político de ABC durante la Transición lamenta la situación en la que se encuentra y la vincula directamente a la figura del presidente del Gobierno: "No me pasó ni con Arias Navarro, ni con Suárez, ni con Calvo Sotelo, ni siquiera con González. Cuando me echaron de Diario 16 pude fundar El Mundo. Tampoco con Aznar o con Zapatero. Me ha pasado con Rajoy, que en lugar de dimitir el día que publiqué sus SMS de apoyo a Bárcenas, desató una brutal campaña contra mi a la que se sumaron destacados empresarios del Ibex".
Pedro J. Ramírez da su versión del conflicto que le enfrenta al periódico en el que aún sigue apareciendo en su mancheta como fundador y desvela que su sucesor planteó un órdago que está en el origen de la retirada de su Carta dominical: "Lo que ha ocurrido ahora es que Casimiro considera que tras mi educada e irónica réplica a sus declaraciones vejatorias contra mí, ya no cabemos los dos en el mismo periódico. Bien porque su consideración de sí mismo se ha disparado, bien porque su Mundo ha menguado mucho en términos de tolerancia y pluralismo. El caso es que planteó un órdago sin precedentes: si yo seguía escribiendo, él dimitía".
Pedro J. desmiente que firmase tras su destitución en enero un pacto de no agresión comercial durante dos años y que fuese indemnizado por ello: "Cobré exactamente lo que estaba en mi contrato: 5.300,000€ después de que Montoro se quedara con la parte del león. Y los hubiera cobrado en todo caso porque RCS había prestado su garantía solidaria a tal efecto en un documento notarial. La única razón, la única repito, por la que firmé ese pacto de no competencia fue porque Unidad Editorial me garantizaba que publicaría mi Carta de los domingos. En realidad no era sino un acuerdo de exclusividad. De hecho una y otra cosa están vinculadas en el pacto".
Por todo ello el exdirector de El Mundo presentará a través de su abogado, Javier Gómez de Liaño, una demanda esta misma semana contra su antigua empresa, aunque ya anuncia que la vía judicial será lenta: "Tanto él [Galiano] como quienes han inspirado esta sucia maniobra saben que perderán el caso en los tribunales, pues los motivos que alegan sobre mi incumplimiento son nimiedades desmentidas por sus propios actos: hacer declaraciones sobre el trasfondo político de mi destitución, tal y como se describe con detalle en el prólogo de mi nuevo libro que acaba de publicar la editorial de Unidad Editorial; o ironizar sobre Casimiro en el texto de cuya publicación tanto alardeó el interesado. Pero Galiano y RCS también saben que, con la ayuda de Goliat-Uría, pueden dilatar los plazos judiciales frente a la demanda que esta misma semana interpondrá David-Liaño".
Las hostilidades entre Pedro J. y El Mundo se desataron definitivamente tras la celebración del 25 aniversario del periódico, a cuyos fastos asistieron el rey Felipe VI y la vicepresidenta de Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría, cuando el año anterior la entrega de los premios del rotativo fue boicoteada por el Gobierno de Rajoy. A partir de entones se desató un cruce de declaraciones entre Casimiro García-Abadillo y su antecesor que desembocó en la salida del segundo de las páginas del diario.