Sabido es que la nueva Ley Electoral de Andalucía impulsada por el gobierno bipartito, PSOE e IU, con los votos en contra del PP, tenía por misión impedir que los alcaldes pudieran ser simultáneamente parlamentarios andaluces aunque dejaba en pie la posibilidad de ser alcalde y senador al mismo tiempo. Independientemente de su idoneidad, las consecuencias políticas inmediatas fueron que seis alcaldes importantes del PP que eran al tiempo diputados tuvieron que optar entre alcaldía y escaño.
Por la izquierda, la medida sólo afectaba a uno: Juan Manuel Sánchez Gordillo, alcalde de Marinaleda y diputado andaluz. Pues bien, IU acepta que Sánchez Gordillo puede burlar la normativa legal y su espíritu mediante una argucia política como la de dimitir de alcalde, poner un alcalde títere, seguir siendo concejal teniente de alcalde y, de ese modo, seguir ocupando escaño de diputado en el Parlamento, condición que no está vetada a los concejales.
El tema, que IU trata de hacer creer que es baladí, resulta muy significativo políticamente por cuanto Sánchez Gordillo ya ha anunciado que podría abandonar Izquierda Unida e incorporarse a Podemos. De hacer tal cosa siendo aún diputado, Podemos dispondría en la práctica de un escaño, cuando menos, en el Parlamento andaluz sin haberse presentado siquiera a unas elecciones.
El hecho es que Sánchez Gordillo no ha comunicado aún su decisión (la popular Esperanza Oña tampoco lo ha hecho pero ya ha anunciado que seguirá siendo diputada renunciando a la alcaldía de Fuengirola) y está forzando al Parlamento a analizar el caso. La comisión del Estatuto del Diputado estudió este miércoles la situación de los siete diputados afectados después de que el Tribunal Constitucional rechazara el recurso presentado por el PP a la ley Electoral andaluza. Los alcaldes de Sevilla, Córdoba, Huelva, Valverde del Camino (Huelva) y La Mojonera (Almería), todos ellos del PP, han renunciado a sus actas de diputados.
Sorprendentemente este miércoles el portavoz del grupo parlamentario de Izquierda Unida, José Antonio Castro, dijo que la ley le permite conservar su acta de parlamentario si Gordillo renunciara al puesto de alcalde y permaneciera "como teniente de alcalde o concejal". Según El País, Castro matizó de manera inmediata que IU no está barajando esta salida, que supondría burlar el espíritu de la ley andaluza, pero es la propia norma autonómica la que permite esta posibilidad. La decisión en cualquier caso, dijo Castro, "es personal" y aunque en IU rige un sistema de incompatibilidades interno, en el caso de Sánchez Gordillo estas normas nunca han tenido "éxito".
Lo que ya se sabe es que IU en Andalucía no dará batalla alguna a Sánchez Gordillo, actualmente enfermo. Es más, haga lo que haga de su grupo no saldrá públicamente ni una sola palabra de reproche. "Es una persona querida y admirada", señaló el portavoz de Izquierda Unida, quien negó que la opción que tome "ponga en un brete" al grupo parlamentario. En su opinión, este caso "no tiene trascendencia".
Según El Mundo lo que ocurre es que en Izquierda Unida no hay quien se atreva con Sánchez Gordillo, especialmente ahora que amenaza con cambiarse a Podemos lo que le provocaría una importante hemorragia de votos para las próximas contiendas electorales. Durante años Sánchez Gordillo se saltó a la torera la limitación de legislaturas de IU en el Parlamento andaluz y nadie se enfrentó con él, que hizo lo que le pareció. Ahora, creen que hay que dejarlo tranquilo hasta el próximo día 12, la fecha límite para comunicar su decisión. Si se cumple ese plazo sin que el también líder de la CUT-BAI se decida, el Parlamento de Andalucía deberá iniciar el proceso para declarar la incompatibilidad.
Sánchez Gordillo es alcalde de Marinaleda dede 1979, hace pues, 35 años y es diputado contra el criterio de IU, que quería impedir la ilimitada de presencia de las mismas personas en el parlamento.