
Tal día como hoy, 24 de octubre, pero de 2012, Libertad Digital contaba en su portada el incidente de Martín Montoya con un taxista de Madrid. Fue el 17 de octubre, cuando acabó la concentración de la selección española sub-21. Entonces cogió un taxi hasta el aeropuerto de Barajas y nada más bajarse del vehículo, el conductor le recriminó que le faltaba la cartera. El defensa hizo caso omiso.
El taxista, seguro de que Montoya era el único responsable de la desaparición de sus pertenencias, volvió al hotel para conseguir algún dato de contacto del jugador. Una vez localizado el número de Montoya, le dejó un mensaje en el contestador explicándole la situación y pidiéndole que le devolviera la cartera. El taxista sólo obtuvo una llamada por parte del canterano con muy malos modos así que decidió ponerle una denuncia.
Martín Montoya negó las acusaciones y escribió en Twitter que "las acusaciones que están llegando referente al robo de la cartera de un taxista son totalmente falsas".
Algo parecido le sucedió a David de Gea hace tres años. El diario sensacionalista The Sun le acusó de haber sido cazado por el personal de seguridad de un supermercado de Manchester cuando trataba de abandonarlo sin pagar uno de los donuts que estaba comiendo.
Los hechos fueron que De Gea, junto con otros dos amigos, cogió un donut para ir comiéndoselo. Pero cuando iban a pagar se dieron cuenta de que no tenían libras, sólo euros. Así que el portero del United salió por la puerta para ir al coche a por su cartera. En ese momento fue cuando le interceptó el personal de seguridad y se lo llevaron a una habitación aparte para hacer un registro. Allí permanecieron retenidos hasta que apareció una persona que hablaba español y que pudo entender lo sucedido. Sólo entonces, se aclaró el malentendido y De Gea se pudo marchar.
El último caso conocido ha sido el del jugador del Queen´s Park Rangers. Steven Caulker fue acusado de robar un paquete de queso Philadelphia en un supermercado y acabó esposado por la policía. El defensa fue sorprendido cuando volvía a entrar en la tienda para devolver el producto.
Un testigo dijo al diario The Sun que "había salido del supermercado, se dio la vuelta y regresaba de nuevo a la tienda cuando llegó la policía, que saltó del coche patrulla y lo esposó. Él parecía bastante alarmado". Un portavoz de la policía reconoció que no había delito sino que "hubo cierta confusión sobre el pago entre el personal".