La llegada de la polémica Ley de Seguridad Ciudadana al Congreso de los Diputados ha sido utilizada por los partidos de la oposición, contraria en bloque a su aprobación con el articulado actual, para mostrar su rechazo tanto en los aledaños de la Cámara Baja, en la madrileña Carrera de San Jerónimo, como en el interior del propio hemiciclo durante el debate de las enmiendas a la totalidad.
El primer acto de protesta ha tenido lugar en la escalinata exterior, junto a los leones que guardan la entrada histórica. Justo allí, varios colectivos han querido mostrar su rechazo al proyecto de ley fotografiándose con una mordaza en la boca. Al mismo se han sumado, como no podía ser de otra manera, parlamentarios de IU (entre ellos, Cayo Lara), Compromis y Equo.
En plena representación, de forma coordinada, tres activistas de Greenpeace, que han pernoctado en el hotel e iban vestidos con monos naranjas, han intentado desplegar una pancarta en la fachada del hotel Villa Real, junto enfrente de la cámara de representantes, pero la Policía lo ha evitado finalmente rajando la pancarta y retirándo las dos parte en las que se ha roto la misma.
Ya durante el debate de enmiendas, algunos grupos parlamentarios no han duda en escenificar su propio rechazo a un proyecto que han denominado desde hace meses como "Ley Mordaza". El primero en hacerlo fue el parlamentario de ERC Joan Tardá, quien desde la tribuna ha exhibido fotofrafías de la supuesta "brutalidad policial" en unas ocasiones y de la supuesta "pasividad" de los agentes en otras ante manifestantes con esvásticas.
El otro diputado-protesta ha sido el parlamentario de Amaiur Xabier Mikel Errekondo, que dejó pasar una nueva ocasión para condenar el terrorismo de ETA y exigir a la organización criminal que se disuelva y entregue las armas, quien se colocó en la tribuna de oradores una mordaza como forma de protesta ante la ley, y tras calificar al grupo musical Eskorbuto de "poetas", recordó una frase de una de las canciones de este grupo: "Mucha policía, poca diversión".