La extrema izquierda separatista se adueña del Parlamento catalán

Sólo son tres diputados pero el desbarajuste institucional sembrado por el proceso separatista y agudizado por la confesión de Pujol les ha dado el mismo poder que a los 21 diputados de ERC o los 20 del PSC que Pedro Sánchez ofreció el miércoles a Mas para que pueda, si quiere, agotar la legislatura. David Fernàndez, Quim Arrufat e Isabel Vallet forman grupo parlamentario, pese a no ser suficientes, por una dispensa parlamentaria en recompensa por organizar espectáculos como el de amenzar a Rodrigo Rato con tirarle una chancla en una comisión sobre la gestión de las cajas de ahorro.

Sus intervenciones son de alto voltaje, su aspecto, el desaliño revolucionario con camisetas del Ché y eslóganes a favor de la "lucha" y sus "socios" reconocidos, la denominada "izquierda abertzale", de la que David Fernàndez se enorgullece de haber representado en Cataluña, lo que le valió el apelativo de "el chófer de Otegi", papel que también ejercía cada vez que éste o algún otro dirigente proetarra viajaba a Cataluiña. Ahora, es el líder de las CUP en el parlamento catalán y no duda en ejercer también como líder "moral" en plena caída del mito nacionalista.

A David Fernàndez se debe que ni Ciutadans ni el PSC estamparan su firma en la petición de comisión de investigación elaborada por ERC, IC y las CUP, Candidaturas de Unidad Popular. El diputado se negó en redondo y dijo literalmente que "el PSC forma parte de la misma mierda", en alusión a Pujol. La excusa contra Ciudadanos es que había firmado conjuntamente con el PP otra petición y eso era "incompatible" con la de ERC, IC y las CUP.

Una de las incompatibilidades es que mientras la comisión planteada por Ciudadanos al PP no alude sólo al caso Pujol sino que se refiere también al cobro sistematizado de comisiones que habría herededado y desarrolado el tripartito, ERC ha logrado que las CUP acepten delimitar la comisión al fraude fiscal confesado por el ex presidente de la Generalidad para no exponer todavía más el proceso separatista a los efectos del escándalo. ERC e Iniciativa arañaron una concesión de las CUP que les evitará las incómodas comparecencias de personajes como Joan Saura (ex consejero de IC), Carod Rovira o el ex consejero de ERC, Jordi Ausàs, condenado por contrabando de tabaco.

En Ciudadanos atribuyen el nuevo peso de las CUP al efecto "Podemos", que en Cataluña se plantea como una fusión de tendencias radicales, desde la plataforma de Ada Colau "Guanyem" ("Ganemos"), pasando por "Podem", la marca catalana de Iglesias y Monedero y llegando a las propias Candidaturas de Unidad Popular, cuya "filosofía" de trabajo es similar e igualmente radical. En un contexto en el que las encuestas auguran la irrupción de Podemos también en el Parlamento catalán y unos buenos resultados municipales de la candidatura de Ada Colau, tanto ERC como IC se dedican a hacer gestos de reconocimiento a las CUP. Los primeros, porque podrían necesitarlos como muleta en la próxima legislatura y los segundos, porque aspiran a formar parte, como primer paso, de la candidatura municipal de Colau.