Colabora

Los cursos de formación de Ojeda se impartieron con material caducado

Extrabajadores de Delphi han relatado las irregularidades en los talleres de formación impartidos con dinero de la Junta.

El exconsejero Ángel Ojeda. | Archivo/ EFE

En un auto reciente de la titular del juzgado de Instrucción número 6 de Sevilla, Mercedes Alaya, se mantuvo que la Junta de Andalucía concedió 70 millones para la formación de los ex trabajadores de Delphi y habría permitido la subcontratación de actividades formativas, cuando ésta no estaba autorizada. Como revela La Razón, uno de los beneficiarios de esa práctica fue, según la investigación judicial, el exconsejero de Hacienda Ángel Ojeda, a través de entidades como la Asociación de Empresas Aeronáuticas (AEA), la de Apoyo a la Integración (Humanitas), la Asociación para la Sociedad de la Información (Innova), la Asociación para la Calidad Europea (Inteca) o la Asociación para el Apoyo al Medio Ambiente (Natura).

Al margen de las investigaciones policiales, fuentes del colectivo de extrabajadores de Delphi relatan a La Razón que existían una retahíla de "irregularidades" que apreciaron en su experiencia como alumnos de esos cursos.

Discutible cualificación del profesorado

Estos alumnos aluden a la discutible cualificación del profesorado que impartían estos cursos: "Sólo con tener un curso de formador de formadores podían darnos clases cuando en algunos casos era evidente que no servían, que no estaban a la altura para dar su asignatura y así lo dijimos, porque cobraban muchísimo dinero". Aseguran que se quejaron y que la respuesta pasó por un "es lo que hay, tenéis que aguantaros" o un "habéis tenido mala suerte".

"Tampoco quisieron clasificar a los asistentes a los cursos por estudios; nos metieron a todos en el mismo saco", explican. "Dentro de un aula había gente que no sabía leer ni escribir y otros con FP e incluso con carrera. Nos teníamos que adaptar al ritmo de los que menos avanzaban" lamentan.

Materiales caducados

En relación a los materiales que se emplearon para impartir esa actividad formativa, afirman que en algunos cursos utilizaron "determinados materiales para la producción aeronáutica que estaban caducados". Y añaden: "Se comentaba que se compraban a empresas aeronáuticas de la zona a precio de nuevos", extremo este que desconocen, pero lo que sí ratifican es que "venían con el sello de caducados".

Es aquí donde los exoperarios ven una posible vía de fraude que "tal vez sería conveniente investigar". Sin dejar el apartado del instrumental, las mismas fuentes narran que "hubo talleres" en los que contaban con "carros de herramientas bastante buenas", si bien, "en ocasiones nos decían: señores, mañana viernes no hay clase, porque se llevan las cajas, que hay que homologar otro curso''. Según este colectivo, trasladaban las herramientas "a otras ciudades de Andalucía". "No sabemos qué hacían con ellas, pero las devolvían a los cuatro o cinco días. Usaban nuestras herramientas para no sé qué propósitos en otros lugares de la comunidad y durante un tiempo no podíamos dar las clases de taller", explican.

Sin dinero para temarios

Pese a los elevados fondos públicos que según las indagaciones policiales se destinaron a la formación vinculada a Delphi, los ex trabajadores han explicado que "no había dinero para temarios".

En ese momento, "algunos se negaron a dar los cursos en esas condiciones", pero se les amenazo con echarlos: "se nos amenazó con echarnos del protocolo –el firmado con la Consejería de Empleo el 4 de julio de 2007 para, en teoría, recolocarlos aunque ahora la Junta niega haber asumido ese compromiso– y quedarnos en la calle. Al final se repartieron fotocopias tema a tema, con los consiguientes retrasos a veces", sostienen.

Visitas culturales

Aunque faltaba dinero para temarios, dentro del bloque de "formación genérica", se llevaron a cabo "visitas culturales entre las que estaban incluidas desde museos a bodegas gaditanas", explican.

La finalidad de esa formación era procurar la inserción laboral de los asistentes. En ese sentido, denuncian: "Cuando finalizaron los cursos que se impartieron a más de 500 trabajadores, a unos 300 se les homologó oficialmente para trabajar en empresas como Alestis, y a los otros 200 sólo se nos dio una certificación, pese a haber hecho exactamente lo mismo".

Estos ex operarios de la multinacional no dudan en aseverar que "se buscó una plaza a los amigos de los sindicatos y de la Junta". "A los que no éramos amigos de nadie se nos dejó fuera", sentencian. También entonces protestaron y la contestación desde el Ejecutivo andaluz fue que "no querían inundar el mercado con homologaciones".

Temas

Ver los comentarios Ocultar los comentarios

Portada

Suscríbete a nuestro boletín diario