Es el principal problema que tiene Pedro Sánchez en su recién estrenado liderazgo. El enfado de las candidaturas derrotadas de Eduardo Madina y Pérez Tapias y de la federación asturiana, que apoyó al aspirante vasco, ante la falta de integración de los derrotados en el nuevo núcleo duro de la dirección. Problema porque podría traducirse en un número significativo de votos en blanco y abstenciones en la votación el domingo, la primera prueba de Pedro Sánchez al frente del PSOE.
El enfado de Eduardo Madina ya se hacía patente a su llegada al Hotel Auditorium, donde se celebra el congreso extraordinario del PSOE, al reconocer que le "hubiera gustado tener más capacidad en favor de la integración en la que yo también creo y que le puede ser muy útil al PSOE. Espero que tengamos un partido unido". Preguntado por Libertad Digital si se había contado con los suyos, aseguró Madina que le habría gustado "poder colaborar más" en la configuración de esa nueva dirección y añadió que "conmigo no ha hablado nadie", por lo que, reconoció, no saber si algún miembro de su candidatura estaba en la Ejecutiva.
La respuesta de la nueva dirección llegaba por voz del recién nombrado número dos, César Luena, para quien "claro que se ha contado con él, ustedes asistieron a la reunión entre ambos en el Congreso... En cualquier caso, aquí no hay sanchismo ni madinismo, hay socialismo".
Palabras que hacían pasar al equipo de Madina del enfado al cabreo, provocando un juego de réplicas y contrarréplicas, dimes y diretes que marcaban la actividad frenética de pasillos en cada esquina del hotel madrileño. Primero, en diversos corrillos los madinistas se quejaban entre risas y frustraciones a LD: "No se puede integrar si no nos coge el teléfono. Le hemos mandado varios mails, sms al móvil y ni siquiera ha contestado. Si quiere integrar tendría que poner de su parte".
Según los nombres que han trascendido, habrá dos representantes del sector Madina en el núcleo duro de la Ejecutiva Federal. El hijo del histórico dirigente de Izquierda Socialista Manuel de la Rocha, Manuel de la Rocha Vázquez, que apoyó a Madina, será el secretario de Economía, mientras que la catalana Meritxell Batet, también en la órbita del vasco, será la responsable de Estudios y Programas. Pero el equipo de Madina argumenta que "no son los nombres que íbamos a proponer para la Ejecutiva, no eran del equipo sino sólo apoyos".
Pasadas las 19:00 horas, la paciencia de Madina se había acabado. Convocaba a los medios de comunicación a una declaración en la que señalaba "no ha habido integración. Yo no he tenido oportunidad de hablar con él. Creo que Pérez Tapias tampoco". Y añadía: "Los 42.000 votos que me votaron a mí hubieran preferido un partido unido. A pesar de eso, voy a colaborar porque el PSOE salga fuerte y salga unido". Preguntado por las palabras de César Luena sobre la importancia del socialismo, dijo: "Estoy de acuerdo. Aquí hay socialismo, pero no hay integración". "¿Pero qué es lo que ocurre que no le coge el teléfono?", le preguntaban al diputado vasco. Se reía: "Pregúnteselo a él".
La réplica llegaba del recién proclamado secretario general del PSOE, Pedro Sánchez a su salida del plenario. Preguntado por esa supuesta falta de integración, se limitó a responder que "mi voluntad siempre ha sido la de integrar" a los otros dos aspirantes, Eduardo Madina y José Antonio Pérez Tapias. Voluntad que también pasa por conformar una "buena dirección, solvente, potente y muy representada por todos los territorios".
Tapias negocia in extremis
La prometida integración también era cuestionada por el candidato de Izquierda Socialista, José Antonio Pérez Tapias, quien, a diferencia de Madina, sí ha logrado reunirse con la nueva dirección en sendos encuentros con César Luena y Antonio Hernando, a quien se ubica como posible portavoz parlamentario del PSOE.
Tapias negó haber acordado nada aún, pero insistió en sus exigencias de cara a entrar en la Ejecutiva: entrar en el Comité Federal, "el máximo órgano de deliberación y decisión del PSOE", la estructura de las primarias, la modificación del artículo 135 de la Constitución, que garantiza la estabilidad presupuestaria o el modelo federal del país. Aunque lo que, en realidad, quiere Tapias es que él mismo y otra persona más de Izquierda Socialista entren en la Ejecutiva atendiendo al 15% de voto militante que lograron el pasado 13 de julio.
A sabiendas de su condición de "necesario" para la nueva dirección del PSOE, por evitar la imagen de los dos candidatos derrotados desintegrados, y proyectar la imagen de soledad de Madina, Tapias ha apretado en la necesidad de un encuentro con algo más de "sosiego" para negociar si su corriente entra, o no, en Ferraz.
Cabreo también de Asturias
Si hablamos de territorios, Asturias, el feudo del barón Javier Fernández, que apoyó a Madina en la consulta a la militancia, es el principal perjudicado. Primero, porque en el nuevo organigrama del PSOE, el también presidente asturiano sale de la presidencia del Consejo Territorial que pasa a llamarse ahora Comite Federal y estará en manos de la presidenta andaluza, Susana Díaz. Algo que ha enfadado, y mucho, a los delegados de esta federación, antes de conocer la escasa presencia de asturianos en el núcleo duro de la Ejecutiva.
Tanto que algunos incluso amenazaban con marcharse del Congreso o ausentarse el domingo de la votación. A su llegada al plenario, Javier Fernández, de los últimos en llegar, se limitaba a decir que "le parece muy bien" su sustitución por la entrada de Susana Díez, pero posponía su valoración sobre la Ejecutiva a que concluya la configuración al filo de la medianoche.