El proyecto separatista de Artur Mas y Oriol Junqueras es tan ambicioso que además de proyectar un ejército propio ya dispone de la primera promoción de "diplomáticos" catalanes. Tras un cursillo acelerado a cargo del "Diplocat", un organismo dependiente de la Generalidad y que se pretende el "Foreing Office" de la república catalana, la administración autonómica se jacta de haber licenciado a los veinte primeros plenipotenciarios del futuro estado propio, embajadores actuales al margen. Y ya ha empezado el curso de la segunda promoción, que según la información contenida en la dirección digital del "Diplocat" comenzó en febrero y acabará antes de final de año. De ahí saldrán otros veinte emisarios del servicio exterior catalán.
Si la "carrera" diplomática en Cataluña no se puede catalogar de larga, menos aún se puede decir que la Generalidad sea muy estricta a la hora de seleccionar a los candidatos a engrosar las filas de este selecto grupo. Es condición indispensable ser funcionario de la Generalidad o de la Diputación de Barcelona, saber algo de inglés e incluso de español, puesto que "el módulo herramientas de psicología aplicada se imparte en castellano". También se advierte que el español podrá ser utilizado en otras asignaturas: "Los módulos de Estrategias de Comunicación, Práctica Diplomática y 'Carrefour' Diplomático se imparten en catalán, español, inglés o francés en función del profesor de cada sesión".
También es indispensable disponer de un título universatario y más aún "disponer de la autorización del superior jerárquico para seguir el programa de formación". Una vez satisfechos los requisitos, el coste para los alumnos es gratuito, el título de la Universitat Pompeu Fabra y el rango de diplomático. Según el "Diplocat", "el Master tiene por objetivo ofrecer un programa formativo sobre diplomacia y relaciones internacionales dirigido a los profesionales de las administraciones públicas de Cataluña. El plan de estudios está especialmente concebido para formar profesionales capaces de representar y defender los intereses del país con competencia, eficacia y flexibilidad. En este sentido, se ha diseñado una formación amplia, multidisciplinar e innovadora, que permita entender los problemas del mundo de hoy y conocer las tendencias políticas y económicas mundiales. El objetivo es reforzar las capacidades para negociar y relacionarse con fluidez y con el mismo nivel discursivo con empresarios, políticos, diplomáticos, periodistas y otros actores de las relaciones internacionales".
Así y tras el permiso del jefe, nueve meses de formación profesional a razón de un par o tres de clases a la semana, algo de español (vetado en el resto de ámbitos educativos públicos) y un inglés tirando a fluido, un funcionario de la Generalidad tiene la oportunidad de "representar los intereses del país (...) con una formación amplia, multidisciplinar e innovadora".
El cursillo "está dirigido por el profesor Carles Boix, doctor en Ciencias Políticas y master en Administración Pública por la Universidad de Harvard y catedrático de Ciencia Política y Asuntos Públicos en la Universidad de Princeton, y está organizado conjuntamente con la Secretaría de Asuntos Exteriores y de la Unión Europea, el EAPC, el IBEI y la UPF", concluye la presentación.